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viernes, 7 de junio de 2013

August Macke



August Macke (3 de febrero de 1887 - 26 de septiembre de 1914) fue uno de los principales miembros del grupo expresionista alemán Der Blaue Reiter (El Jinete Azul). Vivió durante un período especialmente innovador del arte alemán, con el desarrollo del Expresionismo y la llegada de los sucesivos movimientos de vanguardia que estaban apareciendo en el resto de Europa. Como auténtico artista de su época, Macke supo como integrar a su pintura aquellos elementos que más le interesaban de las vanguardias. 

Nació en Meschede, Alemania. Su padre, August Friedrich Hermann Macke (1846 - 1904) era contratista inmobiliario y su madre provenía de una familia granjera. Desde los 13 años de edad vivió la mayoría de su vida creativa en Bonn, con la excepción de unos pocos años que pasó en el Lago de Thun (Suiza), y algunos viajes a París, Italia, Holanda y Túnez. En París, donde llegó por primera vez en 1907, August Macke toma contacto con el trabajo de los impresionistas. En 1910, a través de su amigo Franz Marc conoce a Kandinsky, y durante una época comparte la estética no-objetiva y los intereses simbólicos y místicos de Der Blaue Reiter.

Con apenas 16 años cumplidos el destino lo señala para siempre. Camino a la escuela se topa con la mujer de su vida y hace todo lo posible para conocerla. Traba amistad con el hermano de ésta y le ofrece realizarle un retrato, el primero de muchos, el primero vinculado a su gran amor, a su musa, a Elizabeth Gerhardt, con la que finalmente contrae matrimonio en 1909. 

Durante esta época, y a pesar de la oposición de su padre a que curse estudios de arte en Düsseldorf, el destino, personificado en Alfred Schütte, padre de un amigo suyo y futuro mecenas, hará que sus sueños se hagan realidad. En el invierno de 1911 se traslada a Bonn donde desarrollará una actividad frenética: óleos, acuarelas, exposiciones, galerías viajes....A su entusiasmo inicial por emprender sus estudios de arte se añade pronto su desilusión por las clases, teóricas en su mayoría y con poco espacio para la originalidad. Su imaginación volará, sin embargo, al introducirse en un círculo de teatro que lo llevará a vivir una vida más intensa. Dibujará vestidos y escenarios y se implicará tanto que incluso se le ofrecerá la posibilidad de dirigir una obra, lo que rechazará categóricamente. 




Conocer es su siguiente paso, y por esta razón en los años posteriores se sumerge en un largo viaje que lo llevará a Venecia, Florencia, y a países como Holanda, Bélgica e Inglaterra. Hacia 1906 decide abandonar definitivamente sus clases de arte, improductivas y opresoras para su afán innovador, e inicia un nuevo camino, esta vez sin reglas, descubriendo por sí mismo el arte de los impresionistas, estudiando crítica y técnicas artísticas y centrándose, sobre todo, en la naturaleza. Algunos serán los viajes que se sucederán por esta época, una visita a su hermana al sur de la Selva Negra, un viaje de estudios a París, donde descubrirá entusiasmado a los diferentes habitantes del Louvre, así como la humeante y colorida vida de la capital francesa, y Berlín, donde entablará amistad con un importante coleccionista de arte, Bernhard Koehler y donde frecuentará el estudio del impresionista Lovis Corinth.

Durante esos meses su inspiración beberá de muchos manantiales: Toulouse-Lautrec, Monet y el arte japonés de Katsushika Hokusai.  La Nochebuena de 1908, y tras dejar atrás tres meses de servicio militar, se compromete con Elizabeth, su gran amor. Después de regresar de París el matrimonio se traslada al Tegernsee, donde residirán temporarimente en casa de los Schmidtbonn, posteriormente se mudarán a otro lugar donde la luz y el color amerizarán las acaloradas discusiones entre familiares y amigos sobre Nietzsche y Schopenhauer. Durante esta épocasu trabajo se centra, sobre todo en el estudio de la abstracción y de la crítica artística de Oscar Wilde. De esta época es un retrato de su mujer embarazada sosteniendo un plato con manzanas (Mujer con manzanas, 1910). 

En 1910 conocerá a Franz Marc, quien se convertirá en un buen amigo. En esos días de cambios, August Macke se deja hechizar por el fauvismo descarado y explosivo de Matisse, quien se convertirá en el centro de su universo. Durante el invierno de 1911 se traslada a Bonn donde desarrollará una actividad frenética: óleos, acuarelas, exposiciones, galerías viajes, Moscú, Múnich, Colonia...Sus cuadros empiezan a tener una gran aceptación por parte de la crítica y su vinculación con El Jinete Azul y con Franz Marc se va haciendo cada vez más estrecha, aun y cuando a Kandinsky le unen opiniones encontradas. Su cuadro, Indios a caballo, refleja un estado de ánimo y una naturaleza lejana de la real, pero no de la emotiva, así como la Dama con chaqueta verde, Camino soleado o Tienda de sombreros, cuadros de su nueva fase expresionista. 

En 1912 descubrirá la obra de Delaunay, el juego de sus tonalidades, su vigor y su casi imposible armonía. Fruto de este nuevo descubrimiento surgen obras llenas de luminosidad y de ritmo, como Mujeres bañándose con la ciudad al fondo, entre otras. En Navidad de ese mismo año se empieza a planear el viaje que los llevará a él y a Paul Klee a destinos más cálidos, a Túnez. El viaje emprendido en abril de 1914 impresiona sobre todo a Macke, quien se deja seducir por la incomparable luz y por oriental y exótica atmósfera de ciudades como Cartago, Hammamet o Kajruran. Es esta una época de gran productividad, en la que un August Macke, fascinado por todo lo que lo rodea, intenta plasmar en numerosos bocetos la vida de los bazares, de las mesquitas, de los minaretes, los camellos, los burros....son muchos los motivos y pocos los días. Durante esos días de arena y brisas un gran tornado está a las puertas. Macke parece tener una premonición con su último e inacabado cuadro Despedida, ya que una guerra se cierne sobre Europa, será la que acaba con su vida el 26 de septiembre de 1914. 









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