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viernes, 10 de agosto de 2012

El Greco

La Curación del Nacido Ciego

Doménikus Theodokópoulos (Candía 1541 - Toledo 1614), conocido como El Greco fue un pintor del final del Renacimiento que desarrolló un estilo muy personal en sus obras de madurez.

Hasta los 26 años vivió en Creta, donde fue un apreciado maestro de iconos en el estilo posbizantino vigente en la isla. Residió luego durante 10 años en Italia, donde se transformó en un pintor renacentista, primero en Venecia, asumiendo el estilo de Tiziano y Tintoretto, y después en Roma, estudiando el manierismo de Miguel Ángel. En 1577 se estableció en Toledo, donde vivió y trabajó por el resto de su vida.

Su obra se compone de grandes lienzos para retablos de iglesias, numerosos cuadros de devoción para instituciones religiosas y un grupo de retratos considerados de máximo nivel. En sus primeras obras maestras españolas se aprecia la influencia de sus maestros italianos. Sin embargo pronto evolucionó hacia un estilo personal caracterizado por sus figuras manieristas extraordinariamente alargadas, con iluminación propia, delgadas, fantasmales, muy expresivas, en ambientes indefinidos y una gama de colores buscando los contrastes. 

Actualmente es considerado uno de los artistas más grandes de la civilización occidental. Esta consideración es reciente y se ha ido formando en los últimos cien años, cambiando la apreciación de su pintura  formada en los dos siglos y medio que siguieron a su muerte, en que llegó a considerarse un pintor excéntrico y marginal de la historia del arte.

Doménikos Theotokópoulos nació en 1541 en Candía (actualmente Heraclión), en la isla de Creta, por entonces posesión de la República de Venecia. Su padre era comerciante y recaudador de impuestos.




Estudió pintura en su isla natal, convirtiéndose en pintor de iconos en el estilo pòsbizantino vigente en Creta en aquellos tiempos. Este estilo era una continuación de la pintura tradicional, ortodoxa y griega de iconos desde la Edad Media. Eran cuadros de devoción que seguían reglas fijas. Sus personajes se copiaban de modelos artificiales, muy establecidos, que no eran naturales, con el oro en el fondo del cuadro. Estos iconos no estaban influenciados por el nuevo naturalismo del Renacimiento. 

A los 26 años aun residía en Candía. En diciembre de 1566 pidió permiso a las autoridades venecianas para vender una tabla de la Pasión de Cristo ejecutada sobre fondo de oro, la cual se vendió por un monto idéntico que los cuadros de Tiziano y Tintoretto.

Alrededor de 1567 el Greco se traslada a Venecia. Venecia, en aquel tiempo, era el mayor centro artístico de Italia. Allí trabajaba el genio supremo de Tiziano, en sus últimos años de vida, rodeado de un reconocimiento universal. También Tintoretto, Paolo Versonese y Jacopo Bassano trabajaban en la ciudad y parece que el Greco estudió la obra de todos ellos.

La brillante y colorida pintura veneciana impactó profundamente en el joven pintor formado hasta entonces en la técnica artesana y rutinaria de Creta. Desde el principio pintó con el nuevo lenguaje pictórico aprendido en Venecia, convirtiéndose, de ese modo, en un pintor veneciano. Posiblemente aprendió de Tiziano los secretos de la pintura veneciana: los fondos arquitectónicos que dan profundidad a las composiciones, el dibujo, el color naturista y la forma de iluminar procedente de focos determinados. Entre las obras más conocidas de su período veneciano se encuentra la Curación del nacido ciego, en la que es clara la influencia de Tiziano en el tratamiento del color y la de Tintoretto en la composición de figuras y la utilización del espacio.

Seguidamente partió para Roma, para detenerse en Parma, para conocer la obra de Corregio, ya que sus comentarios hacia aquel artista demuestran un buen conocimiento de su arte. 



El entierro del conde de Orgaz


Su llegada a la ciudad eterna está documentada en una carta de presentación del miniaturista Julio Clovio al cardenal Alejandro Farnesio, solicitando que se acogiera al pintor en su palacio hasta encontrarle otro lugar donde vivir, aunque la estadía de el Greco no duró mucho tiempo, pues, y por razones que se desconocen, fue expulsado del Palacio Farnese, y el 18 de septiembre de 1570 pagó sus cuotas a la Academia de San Lucas como pintor de miniaturas. Al finalizar el año, el Greco abrió su propio taller  y contrató como ayudantes a los pintores Latazzio Bonastri de Lucignano y Francisco Preboste. 

La herencia de Miguel Ángel y de Rafael, aun seguía vigente en aquel tiempo y dominaba el escenario artístico de Roma. Los pintores romanos de la época de 1550 habían establecido un estilo llamado manierismo pleno basado en las obras de Rafael y Miguel Ángel, donde las figuras se fueron exagerando y complicando hasta convertirse en artificiales. Por otro lado, las reformas de la doctrina y de las prácticas católicas, iniciadas en el Concilio de Trento, empezaba a condicionar el arte religioso.

El período italiano es considerado como un tiempo de estudio y preparación, pues su genialidad no surgió hasta sus primeras obras en Toledo, en 1577. En Roma no recibe encargo alguno, ya que era extranjero, además la ciudad estaba dominada por pintores de menor calidad artística (como Federico Zuccaro, por ejemplo), pero más conocidos, y en Venecia, los tres grandes pintores de aquel período (Tiziano, Tintoretto y Veronés) estaban en su apogeo. Entre las principales obras de aquel período se encuentran La Purificación del Templo, el Retrato de Julio Clovio y El Soplón.

En aquella época se estaba terminando de edificar el Monasterio de El Escorial, y Felipe II había invitado al mundo artístico de Italia para realizar su decoración. El Greco conoce entonces a Benito Arias Montano, humanista español y delegado de Felipe II, y a Luis de Castilla, deán de la Catedral de Toledo. Dicha amistad le aseguraría sus primeros encargos importantes en Toledo.

En 1576 el artista abandona Roma y se desplazó, en primer lugar a Madrid, para llegar finalmente a Toledo en julio de 1577, en donde realizó sus trabajos de madurez. Por aquella época Toledo era la capital religiosa de España y una de las ciudades más grandes de Europa, con una población de unos 62.000 habitantes.



Niño con la vela


Los primeros encargos importantes en Toledo le llegaron de inmediato: el retablo mayor y dos laterales de la iglesia de Santo Domingo el Antiguo de Toledo. A estos retablos pertenecen la Asunción de la Virgen y La Trinidad. También le encargaron realizar El expolio para la sacristía de la Catedral. 

Estas obras establecerán la reputación del pintor en Toledo y le dieron un gran prestigio, así como cléricos e intelectuales de Toledo. La idea del pintor no era, en un principio, establecerse en Toledo, más bien deseaba hacer carrera en la corte, y consiguió dos importantes encargos de Felipe II: Alegoría de la Liga Santa (también conocido como Sueño de Felipe II) y El martirio de San Mauricio y la legión tebana (1578-1582), ambos en el Monasterio de El Escorial, aunque ninguna de estas dos obras agradó al monarca, por lo que los encargos cesaron. 

El 12 de marzo de 1586 obtuvo el encargo de realizar el lienzo de El entierro del conde de Orgaz, hoy su obra más conocida. El cuadro, realizado para la Iglesia de Santo Tomé en Toledo, aun se encuentra en su lugar original.Mostró en la comitiva de forma anacrónica personajes locales de su tiempo. Aquí se muestra su característica elongación longitudinal de las figuras, aspecto que se haría cada vez más acusado con los años. Provenía del manierismo y persistió en el trabajo del artista.

El período entre 1588 y 1595 está poco documentado. A  partir de 1580 pintó esencialmente temas religiosos, entre los que destacan San Juan Evangelista y San Francisco (1590-1595), Las lágrimas de San Pedro, La Sagrada Familia (1595), San Andrés y San Francisco (1595) y San Jerónimo. Otra de sus obras de dicha época es El caballero de la mano en el pecho


La Anunciación

Desde 1596 se produjo un gran aumento de encargos que se mantuvo hasta su muerte. La reputación alcanzada por el artista en los años anteriores, el prestigio y amistad con un grupo de mecenas locales que le proporcionaron con regularidad encargos importantes, y, desde 1600, la participación en el taller de su hijo, que consiguió encargos en los pueblos cercanos a Toledo. En la última década del siglo XVI se desarrolló su estilo tardío.

La fama del pintor atrajo a muchos clientes que solicitaban réplicas de sus obras más conocidas. Estas copias realizadas en grandes cantidades por su taller, hoy crean confusión en su catálogo de obras auténticas. En 1597 se comprometió con otro importante trabajo, tres retablos para una capilla privada de Toledo dedicada a San José. A estos retablos pertenecen los cuadros San José con el niño Jesús, San Martín y el mendigo y La Virgen con el Niño y las santas Inés y Martina

A través de su hijo, en 1603, consiguió un nuevo contrato para realizar el retablo del Hospital de la Caridad de Illescas. A finales de 1607 el Greco se ofreció a terminar la capilla de Isabel de Oballe que había quedado inconclusa por el fallecimiento del pintor Allessandro Sermini. El artista se comprometió sin gastos complementarios a corregir el retablo y a sustituir una Visitación. La Inmaculada Concepción para dicha capilla es una de sus grandes obras tardías.

Sus últimos trabajos importantes incluyen un retablo mayor y dos laterales para la capilla del Hospital Tavera. El quinto sello del Apocalipsis, lienzo para uno de los retablos laterales, muestra el genio de El Greco en sus últimos años.

El 7 de abril de 1614 falleció con 73 años, siendo enterrado en Santo Domingo el Antiguo (anteriormente había acordado la adquisición de una capilla privada, realizando La adoración de los pastores). El panteón debió ser trasladado antes de 1619 a San Torcuato, y fue destruido al demolerse la iglesiaen el siglo XIX. Su vida, llena de orgullo e independencia siempre tendió al afianzamiento de su particular y extraño estilo, evitando imitaciones, siendo una voz respetada, convirtiéndose en un artista incuestionablemente español.


San Mateo Apostolado








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