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domingo, 29 de julio de 2012

Museo Calouste Gulbenkian y el Centro de Arte Moderno, Lisboa


El Museo Calouste Gulbemkian se encuentra en la ciudad de Lisboa, Portugal. El Museo abrió sus puertas en octubre de 1969, siguiendo las disposiciones de Calouste Gulbenkian, industrial de origen armenio, establecido en Portugal a mediados del siglo XX y que a lo largo de su vida reunió una vasta colección de arte. Su colección está compuesta por aproximadamente seis mil piezas de arte antiguo y moderno, de las cuales unas mil se encuentran expuestas al público. La gestión de la institución depende de la Fundación Calouste Gulbenkian, que abarca además otros campos, como una compañía de ballet y un centro de arte moderno. El edificio del museo, en el parque Santa Gertrudes, fue construido por Alberto Pessoa, Pedro Cid y Rui de Althougia.

El parque Gulbenkian, situado cerca de la Plaza de España, en la zona centro norte de Lisboa, tiene un área de casi nueve hectáreas y corresponde al antiguo parque de Santa Gertrudes, adquiridos por la Fundación a los Condes de Vilalva en 1957. Sus jardines interiores y terrazas fueron diseñados por los arquitectos y paisajistas Gonçalvo RibeiroTeles y António Viana Barreto, quienes trabajaron en estrecha colaboración con los arquitectos responsables de los proyectos de los edificios (sede y Museo), Alberto Pessoa, Pedro cId y Rui Athougia. Posteriormente fue construido el Centro de Arte Moderno, que ocupa también una parte del parque y que se comunica con el edificio principal y del museo a través de un túnel subterráneo.

Calouste Sarkis Gulbenkian (1869 - 1955) nació en Estambul, Turquía en el seno de una familia de comerciantes acomodados. Estudió en Marsella y en Londres, donde se destacó en Ingeniería y Ciencias Aplicadas y adquirió la ciudadanía británica. Su vida profesional se orientó a la industria del petróleo y fue fundamental su papel en el desarrollo del Medio Oriente. De sus negociaciones entre diferentes compañías solía percibir un porcentaje, razón por la que se lo conoce también como el Señor 5%


Las operaciones exitosas en el mundo del petróleo le permitieron acumular una fortuna enorme que destinó a su mayor pasión: la colección de objetos de arte. Llegó a Lisboa en 1942, donde permaneció el resto de sus días. Agradecido por la hospitalidad con  que fue recibido, se presentó en el Museo Nacional de Arte Antiguo con una importante cantidad de objetos de incalculable valor. 








A pesar de que el testamento de Calouste Gulbenkian no incluía ninguna disposición que estableciese la reunión de toda su colección en un solo museo, si se conocía su preocupación por el futuro de sus obras de arte, por ello los albaceas y el primer presidente de la Fundación Gulbenkian José de Azeredo Perdigao asumieron el compromiso de agruparlas. Después de los acuerdos que hicieron posible que las obras de arte de CAlouste Gulbenkian, dispersas por el Reino Unido, Estados Unidos y Francia fuesen trasladadas a Portugal, se inició la concepción y construcción de un museo contiguo a la sede de la Fundación, que fue inaugurado en 1969 y reformado en 2002.


La concepción del edificio se planeó como un espacio sobrio, de líneas simples, organizado en torno a dos grandes jardines interiores y con numerosos vanos vidriados para dar luminosidad y permitir que la naturaleza circundante pueda dialogar con el arte.


La distribución cronológica y geográfica de las colecciones determina dos circuitos independientes. El primer circuito está dedicado al arte oriental y clásico y se desarrolla a través de las galerías del Arte Egipcia, grecoromana, Mesopotámica, Oriente islámico, Armenia y Extremo Oriente. El segundo circuito está dedicado al Arte  Europeo con núcleos de Libros, Esculturas, Pinturas y Artes Decorativas, donde se destaca el arte francés del siglo XVIII, y en especial la obra de René Lalique.


Entre las piezas más antiguas, cuyo valor es inestimable hay una taza de la tercera dinastía egipcia, un jarrón griego del siglo V antes de Cristo y 11 medallones romanos encontrados en Egipto que se creen que datan de los tiempos de Alejandro Magno. El gusto por el Arte del Oriente Próximo es un reflejo de su origen: alfombras, trajes, cerámicas y manuscritos integran la magnífica colección de Persia y Turquía.












Las pinturas occidentales encuentra un punto destacado en dos obras de Rembrandt: Retrato de un viejo y Alejandro Magno. También se destaca el Niño con cerezas de Manet, Retrato de Madame Claude Monet pintado por Renoir y una colección de Vistas de Venecia pintado por Francesco Guardi. Entre las esculturas la estrella es una Diana cazadora de Houdon, que fue una de las obras más importantes del Museo Hermitage de San Petersburgo.


Desde su nacimiento y como complemento a su intervención en el ámbito del arte, la fundación Calouste Gulbenkian empezó a adquirir obras de artistas portugueses, organizó exposiciones y elaboró publicaciones, en especial para investigación y divulgación del arte portugués contemporáneo. Tomando como punto de partida este conjunto de obras esencial, se pensó en crear un espacio donde exponerlas de forma permanente, y en 1979 se decidió construir un centro de investigación y divulgación del arte moderno, proyecto que fue asignado al arquitecto inglés Sir Leslie Martin.


Hoy la fundación cuenta con una colección en la que están representadas todas las fases y movimientos del arte portugués del siglo XX, abriéndose perspectivas para el siglo XXI. 


La colección cuenta con obras de artistas del modernismo portugués de principios del siglo XX, tan importantes como Amadeo de Souza Cardoso o Almada Negreriros, o del llamado seggundo modernismo (años treinta y cuarenta), entre los que se destacan artistas como Eduardo Viana y Mario Eloy. 


El conjunto de obras pertenecientes al período comprendido entre la década de los setenta y los noventa es, sin duda, el más nutrido de la colección. Dentro de él se encuentran obras de artistas portugueses de varias generaciones, como Menes, Angelo da Sousa, Luís Noronha da Costa, Helena Almeida, Fernando Calau o Paula Rego, y obras de artistas que no empezaron su producción hasta los años ochenta, como Pedro Calapez. La colección integra también algunas piezas de arte extranjero, de artistas interncionales que influyeron en los artistas portugueses y se relacionaron con ellos, como Sonia Delaunay, Arpad Szenes o Joaquín Torres García. También existe un importante conjunto de obras de arte inglés contemporáneo.





















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