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viernes, 11 de noviembre de 2011

Claude Monet

CLAUDE MONET








Claude Oscar Monet es, en muchos sentidos, el pintor impresionista por antonomacia. La espontaneidad y la vivacidad de su técnica pictórica y su entrega a la observación minuciosa de la naturaleza constituye la esencia de casi todos los estudios acerca de su arte. Con todo, su amplio abanico de temas pictóricos, la complejidad de los recursos empleados para plasmarlos y su respuesta a las diversas transformaciones artísticas y socio-históricas que presenció a lo largo de existencia son aspectos fundamentales para poder entender su singular contribución a la historia del arte.

Monet nació en 1840 en París, donde su padre poseía un almacén al por mayor, pero la familia se trasladó a Le Havre, cuando apenas contaba con cinco años de edad. La región de Normandía ejerció en él una influencia vital que se prolongó a lo largo de toda su existencia. Obtuvo sus primeros éxitos como caricaturista. A mediados de la década de 1850 empezó a pintar motivos al aire libre bajo el impulso del pintor de paisajes Eugène Boudin (1824 - 1898).

En sentido estricto la carrera artística de Monet comenzó a raiz de su primer viaje a París en 1859. A su llegada a la capital trabó amistad con varios artistas vinculados al movimiento realista, en concreto con el pintor de la Escuela de Barbizon Constant Troyon (1810 - 1865) y con el joven Camille Pissarro (1830 - 1903). Recibió su primera formación plástica será el pintor académico Charles Gleyle (1808 - 1878), en cuyo estudio permaneció dos años como pupilo. Fue allí donde entabló amistad con  varios artistas que influyeron en su formación: Pierre-Auguste renoir (1841 - 1919), Frédéric Bazille (1841 - 1870) y Alfred Sisley (1839 - 1899). 

Inspirándose en parte en los polémicos lienzos  que pintó Édouard Manet (1832 - 1883) en las postrimerías de la década de 1860, Monet empezó a acometer temas basados en la vida moderna parisina. La capital experimentaba, por entonces, un extraordinario proceso de transformación  bajo los auspicios del barón Haussmann, el prefecto del emperador Napoleón III. Sus reformas uranísticas sstituyeron el laberinto de calles medievales tan querido por la anterior generación de poetas y artistas románticos, por amplios bulevares, flanqueados de inmensos edificios con pisos caros y galerías comerciales. Estos cambios comportaron la reubicación de los obreros de París, que habían vivido hasta entonces en pequeñas buhardillas de los viejos edificios, situados por encima de los pisos más lujosos en los que vivían los parisinos de mayores recursos. Al igual que muchos otros artistas del círculo impresionista, Monet se sintió fascinado por los nuevos fenómenos de la cultura de los bulevares y de los distritos suburbanos, donde surgieron numerosos centros de recreo al lado de las fábricas situadas a orillas del Sena.

La técnica y el estilo de Monet reflejan una maravillosa asimilación de los logros de sus maestros y de sus coetáneos, y evidencian, al mismo tiempo, una visión personal única y en transformación constante. El joven Monet creó una síntesis peculiar entre la controvertida temática pictórica derivada de la vida moderna y las técnicas pictóricas de la pintura al aire libre preconizadas por Boudin y Jongkind. El enfoque más recio y la paleta tradicional de sus primeras obras son fruto de la influencia de pintores realistas como Gustave Coubert (1819 - 1877) o los integrantes de la Escuela de Barbizon. En las décadas siguientes, Monet se alejó del modelo tradicional conocido como claroscuro,  basado en los contrastes de blanco y negro para crear los efectos de profundidad y volumen mediante las relaciones cromáticas exclusivamente. 











En 1866, el artista comenzó a pintar la réplica del Almuerzo campestre, el escandaloso cuadro de Manet que había sido rechazado por el Salón en 1863 bajo la acusación de indecencia. Se trataba de una obra monumental sobre un almuerzo al aire libre compartido por elegantes parisinos con varias parisinas. Lamentablemente, esta réplica nunca llegó a concluirse, de tal manera que solo se conserva un boceto y varios fragmentos. 


En 1870, al estallar la guerra franco-prusiana los monet  decidieron huir a Londres. La capital británica sirvió de refugio a muchos otros personajes del mundo del arte, entre los que se destaca el influyente marchante Paul Durand-Ruel, quien no tardó en convertirse en un importante mecenas para Monet y el círculo impresionista. Durante los nueve meses que la familia pasó en Londres, el artista pintó numerosas panorámicas de los parques de la ciudad y del río Támesis. Después de viajar durante el verano por Holanda, donde el pintor encontró inspiración en la localidad de Zaandam, cerca de Amsterdam, los Monet regresaron a Francia y se establecieron en Argenteeuil, situado en el oeste de París, donde permanecieron hasta 1878.


Durand-Ruel fue un comprador entusiasta de sus cuadros, pero en 1873 sufrió pérdidas económicas. Entonces Monet y sus amigos, obligados a buscar nuevos clientes, se embarcaron en la planificación de una exposición independiente para dar a conocer su trabajo. Empezaron por constituir la Sociedad anónima de Pintores, Escultores y Grabadores, que llevó a cabo su primera exposición en abril de 1874 en el estudio del prestigioso fotógrafo Nadar, situado en el bulevar de los Capuchinos.
Uno de los críticos que visitaron aquella exposición acuñó el término impresionismo, en respuesta a un cuadro de Monet titulado Impresión, sol naciente. La exposición tuvo una cierta resonanci, pero no contribuyó demasiado a elevar los precios que los artistas podían pedir por sus obras, como lo demostró en 1875 en la subasta de la colección de Jean Baptiste Faure, integrada por obras de Berthe morisot, Renoir y Sisley. 



Claude Monet dedicó la década de 1880 a viajar por rincones pintorescos de Francia. Visitó en varias ocasiones las costas de Normandía y de Bretaña, como ya había hecho antes, pero ahora prefería pintar los lugares remotos antes que los centros vacacionales repletos de turistas. Los lienzosde la década de 1860, poblados de parisinos disfrutando de su tiempo de ocio en Triouville y Sainte-Adresse, dejaron paso a los cuadros de playas solitarias azoradas por una tempestad, de paisajes rocosos contemplados en Fécamp Pourville, o a obras sobre el majestuosos aislamiento de la iglesia de Varengeville en 1881 y 1882. Monet regresó a esta franja del litoral francés en 1883, 1885 y 1886.


Las décadas de 1880 y 1890 supusieron un cambio de enfoque en la vida de Monet: en los temas que le interesaban, los lugares que escogía para exponer sus obras y el enorme éxito y la fama que alcanzó. Como tantos otros artistas y escritores de finales del siglo XIX, se sentía insatisfecho con los temas derivados de la modernidad  y la experiencia urbana. Por ello su arte se  centró cada vez más en el mundo de las sensaciones personales ante los prodigios de la naturaleza. Sus últimas obras tienen un carácter monumental y decorativo. A diferencia del espectáculo exterior que tanto atraía a Manet y Baudelaire, esas pinturas representan espacios privados que sumergen al espectador en sus suaves armonías de color y en sus atrevidas composiciones.







Los experimentos artísticos que llevó a cabo monet con ocasión de los múltiples viajes realizados en la década de 1880 le sirvieron básicamente de trabajo preliminar para sus grandes series de pinturas de los años 90. En dichas series, el artista escoge un lugar o un motivo con una connotación especial, como las gravillas, los álamos ribereños del río Epte o la fachada de la Catedral de Ruán para pintar varios cuadros sobre el mismo tema bajo distintas condiciones de luz y en diversas estaciones. Las pinturas de motivos en serie constituyeron el núcleo fundamental de la obra que Monet expuso en público en la última década del siglo XIX. En una muestra individual celebrada en la galería de Durand-Ruel, el artista exhibió 15 pinturas en serie de las gavillas. Por si fuera poco, durante los años siguientes organizó exposiciones monográficas sobre otros motivos posteriores: en 1892, expuso los álamos en la galería de Durand-Ruel, en 1893, la fachada de la Catedral de Ruán, en 1900, la primera serie sobre su jardín acuático, en 1904, panorñamicas londinenses y en 1909, una serie de 48 pinturas de nenúfares. 


Otro de los grandes proyectos artísticos de Monet en la década de 1890 fue su jardín acuático de Giverny. En cuanto compró la casa, se dispuso a crear un primoroso jardín que incorporara todos los tonos cromáticos y muchísimas flores distintas. En 1893 se le presentó la ocasión de comprar más terreno al otro lado de la carretera y de la vía del tren que atravesaba la finca en aquel entonces. Monet amplió el estanque y el arroyo naturales solicitando un permiso de obras para modificar el cauce de agua que alimentaba el arroyo y para agrandar el estanque. Su creación más sensacional fue seguramente el puente de trazado arqueado típicamente  japonés que mandó construir en uno de los extremos del estanque. Este remanso de paz producto de la imaginación de Monet, acabó por convertirse en el tema definitivo del artista, quien lo pintó a diario a lo largo de 20 años. 


La serie de los nenúfares encaminó al pintor hacia su último gran proyecto: las decoraciones destinadas a la Orangerie. La pintura decorativa había experimentado un resurgimiento extraordinario durante el último cuarto del siglo XIX tanto en los círculos artísticos oficiales como en los ambientes más exóticos. En consecuencia, ayuntamientos, escuelas, iglesias y museos de todo el país decoraron sus vastos murales conmemorativos a la Tercera República. Este auge del arte ornamental en los edificios públicos corrió parejo con el encargo de pinturas decorativas para los salones de sus villas por parte de un grupo de clientes acaudalados. Asimismo, muchos restaurantes de prestigio como Maxime's y Le Train Bleu, construido este último en la Gare de Lyon  para la Exposición Universal de 1900 se sirvieron de paneles decorativos para realzar la elegancia belle époque  de sus comedores.


El poderoso poítico republicano Georges Clemenceau era amigo íntimo de Monet y un defensor ferviente de su pintura. Clemenceau, preocupado por la tristeza que embargó al artista tras la muerte de su querida esposa Alice, en 1910 y de su primogénito Jean, en 1914, engatuzó al anciano pintor para que acometiera una decoración colsal inspirada en su jardín acuático. Monet mandó construir un estudio especial en el jardín para poder trabajar con comodidad en una obra de dimensiones tan monumentales. A pesar de sufrir de cataratas en ambos ojos, el artista trabajó sin descanso en el proyecto, hasta su muerte en 1926. Al principio, el conjunto se colocó en un pabellón construido al efecto en los jardines del Hôtel Biron (hoy Museo Rodin), pero en 1921 se anunció el traslado de los murales a la Orangerie de los jardines de las Tullerías, cerca del Louvre. El arquitecto Camille Lefèvre diseñó dos salas ovaladas a ras del suelo para alojar las pinturas, que se abrieron al público el 16 de mayo de 1927.

















































































2 comentarios:

  1. CUANTO MISTICISMO Y BELLEZA...ME ENCANTAN TUS FOROS MONI

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  2. Muchísimas gracias Helia, Monet siempre asombra, siempre maravilla..., me alegro que te haya gustado, besos

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