El Museo Nacional del Prado, en Madrid, España, es uno de los más importantes del mundo, así como uno de los más visitados. Rico en cuadros de los maestros europeos de los siglos XVI a XIX, su principal atractivo radica en la amplia presencia de Vélazquez, El Greco, Goya (el artista más extensamente representado en la colección), Tiziano, Rubens y Del Bosco, de los que posee las mejores y más extensas colecciones a nivel mundial, a lo que hay que sumar destacados conjuntos de autores tan importantes como Murillo, Ribera, Zurbarán, Rafaél, Veronese, Tintoretto, o Van Dyck. Con la reciente ampliación del Museo se previó que la selección expuesta creciera en un 50%.
Al igual que otros grandes museos europeos, como el Louvre de París, el Prafo debe su origen a la afición coleccionista de las dinastías gobernantes a lo largo de varios siglos, reflejando los gustos personales de varios reyes españoles y su red de alianzas y sus enemistades políticas, por lo que se trata de una colección asimétrica, insuperable en algunos artistas y estilos. Solo desde el siglo XX se procura, con resultados desiguales, solventar las ausencias más notorias.
Las escuelas pictóricas de España, Flandes e Italia (sobre todo Venecia) ostentan el protagonismo en el Prado, seguido por el fondo francés más limitado, si bien incluye buenos ejemplos de Claudio de Lorena y Nicolas Poussin. Junto con un repertorio británico reducido, hay que mencionar la pintura holandesa, con obras de Rembrandt.
El edificio que hoy sirve de sede al Museo Nacional del Prado fue diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva, en 1785, como Gabinete de Ciencias Naturales, por orden de Carlos III. No obstante, el destino final de esta construcción no estaría claro hasta que su nieto Fernando VII, impulsado por su esposa, María Isabel de Braganza, tomó la decisión de destinar este edificio a la creación de un Real Museo de Pinturas y Esculturas. El Real Museo, que pasaría pronto a denominarse Real Museo de Pintura y Escultura y posteriormente Museo Nacional del Prado, abrió sus puertas por primera vez al público en 1819. El primer catálogo constaba de 331 pinturas, aunque para entonces en el museo ya se guardaban 1510 obras procedentes de los Reales Sitios. Las valiosísimas Colecciones Reales, germen de la colección del actual Museo del Prado comenzaron a tomar forma en el siglo XVI bajo los auspicios de Carlos V y fueron enriquecidos por todos los monarcas que le sucedieron. A ellos se deben los tesoros más emblemáticos que se pueden admirar en el Prado, tales como El Jardín de las Delicias (El Bosco), El Caballero de la mano en el pecho (El Greco), El tránsito de la Virgen (Mantenga), La Sagrada Familia, o La Perla (Rafael), Carlos V en Mühlberg (Tiziano), El Lavatorio (Tintoretto), Autorretrato (Durero), Las Meninas (Vélazquez), Las tres Gracias (Rubens) o La Familia de Carlos V (Goya).
Del Museo de la Trinidad llegaron importantes pinturas como La Fuente de la Gracia de la escuela de Jan van Eyck y los cinco lienzos procedentes del Colegio Santa María de Aragón de El Greco. Del Museo de Arte Moderno proceden gran parte de los fondos del siglo XIX, obras de los Madrazo, Vicente Lopez, Carlos de Haes, Rosales y Sorolla.
Desde la fundación del Museo han ingresado más de dos mil trescientas pinturas y una gran cantidad de esculturas, estampas, dibujos y piezas de artes decorativas por nuevas adquisiciones, en su mayoría donaciones, legados y compras. Las Pinturas Negras de Goya llegaron al Museo gracias a la donación del Barón Émile d'Erlangen en el siglo XIX. Compras muy interesantes en los últimos años han sido Fábula y Huída a Egipto de El Greco, La Condesa de Chinchón de Goya, y El Barbero del Papa de Velázquez.
Tanto la colección como el número de visitantes del Museo del Prado se han incrementado enormemente a lo largo de los siglos XIX y XX, por lo que el Museo ha tenido que realizar suscesivas ampliaciones en su sede histórica, hasta agotar totalmente las posibilidades de intervención sobre este edificio. Por tal motivo el Museo del Prado se ha visto obligado a buscar el camino en su última y más reciente ampliación, mediante una solución arquitectónica situada junto a la fachada posterior de su sede tradicional y conectada con ésta desde el interior.
Paralelamente a la ejecución de su último y más ambicioso proyecto de ampliación (2001-2007) el Museo del Prado ha iniciado una etapa de modernización cuyo definitivo impulso tuvo lugar en 2004, al aprobarse un cambio de régimen jurídico y estatuario basado en la necesidad de flexibilizar la gestión del Museo, agilizar su funcionamiento e incrementar su capacidad de autofinanciación.
El Museo Nacional del Prado lleva a cabo una interesante política de exposiciones temporales que revisa, conmemora y da a conocer los aspectos de la Historia del Arte que más estrechamente se relacionan con sus fondos o bien, que los complementan. El Museo ha repasado a través de exposiciones los grandes núcleos de interés de sus colecciones, desde la pintura medieval hasta el siglo XIX, pasando por muestras dedicadas a algunos de los pintores más significativos como El Greco, Murillo, Zurbarán, Ribera, Durero, Tiziano, Tintoretto, Velázquez o Goya, aunque también las ha habido de artistas que no tienen representación o que están escasamente representados a pesar de tratarse de grandes pintores como Vermeer, Rembrandt o Turner.
Desde abril del 2007, y en conexión con la apertura de la ampliación de la Pinacoteca, dio comienzo una nueva política de exposiciones que asume la exhibición de obras de artistas conemporáneos. Hasta esta fecha se han realizado una exposición de fotografías de Museos de Thomas Struth, que se convirtió en el primer artista vivo que expone en el Museo del Prado desde el siglo XIX. Este nuevo rumbo del Museo ha suscitado importantes críticas por reconocidos expertos en el campo de la museología y de la historia del arte.
Además hay conciertos, representaciones teatrales, así como también proyecciones de largometraje y documentales como complemento de las exposiciones, y también existen ciclos de conferencias, en muchos casos conectados también con las muestras temporales. Asimismo desarrolla una amplia labor difusora de conocimiento de sus colecciones a través de ambiciosos programas educativos destinados a centros docentes dentro y fuera de la Comunidad de Madrid
Ningún Museo o colección del mundo supera al Prado en cuanto a la representación de los siguientes artistas:
En el museo se encuentra La Gloria de Tiziano, realizada para Carlos V que el soberano llevó a su retiro en el Monasterio de Yuste. Junto a ella llevó otras obras del veneciano que hoy se encuentran en el Prado: El Retrato de la Emperatriz, el Ecco Homo, La Dolorosa con la manos abiertas.
Se guarda también el Retrato ecuestre de la Reina Margarita de Velázquez y su taller, mostrando el joyal rico, formado por dos de las joyas más famosas del Joyero de la Corona de España: la perla Peregrina (perteneció en los últimos tiempos a Elizabeth Taylor), y el diamante El Estanque, tallado posiblemente por Jacopo Nizzoloda Trezzo.
La famosa Dama de Elche es, en realidad, propiedad del Museo del Prado, aunque se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional en condiciones de depósito. Se obtuvo en 1941, mediante un intercambio de obras con el Gobierno de Vichy, un acuerdo bastante desequilibrado (aunque a favor de España), que incluyó también la Inmaculada Concepción de los Venerables, o Inmaculada de Soult (nombre del mariscal francés que la robó) de Murillo que era, conjuntamente con la Dama de Elche propiedad del Museo del Louvre, y varias piezas del Tesoro de Guarrazar, que pertenecía al Museo de la Edad Media de París (o Museo de Cluny), además de los restos de las esculturas ibéricas de Osuna. A cambio se entregó a Francia un retrato de Mariana de Austria de Velázquez, del que el Prado poesía otra versión.
Al igual que otros grandes museos europeos, como el Louvre de París, el Prafo debe su origen a la afición coleccionista de las dinastías gobernantes a lo largo de varios siglos, reflejando los gustos personales de varios reyes españoles y su red de alianzas y sus enemistades políticas, por lo que se trata de una colección asimétrica, insuperable en algunos artistas y estilos. Solo desde el siglo XX se procura, con resultados desiguales, solventar las ausencias más notorias.
Las escuelas pictóricas de España, Flandes e Italia (sobre todo Venecia) ostentan el protagonismo en el Prado, seguido por el fondo francés más limitado, si bien incluye buenos ejemplos de Claudio de Lorena y Nicolas Poussin. Junto con un repertorio británico reducido, hay que mencionar la pintura holandesa, con obras de Rembrandt.
El edificio que hoy sirve de sede al Museo Nacional del Prado fue diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva, en 1785, como Gabinete de Ciencias Naturales, por orden de Carlos III. No obstante, el destino final de esta construcción no estaría claro hasta que su nieto Fernando VII, impulsado por su esposa, María Isabel de Braganza, tomó la decisión de destinar este edificio a la creación de un Real Museo de Pinturas y Esculturas. El Real Museo, que pasaría pronto a denominarse Real Museo de Pintura y Escultura y posteriormente Museo Nacional del Prado, abrió sus puertas por primera vez al público en 1819. El primer catálogo constaba de 331 pinturas, aunque para entonces en el museo ya se guardaban 1510 obras procedentes de los Reales Sitios. Las valiosísimas Colecciones Reales, germen de la colección del actual Museo del Prado comenzaron a tomar forma en el siglo XVI bajo los auspicios de Carlos V y fueron enriquecidos por todos los monarcas que le sucedieron. A ellos se deben los tesoros más emblemáticos que se pueden admirar en el Prado, tales como El Jardín de las Delicias (El Bosco), El Caballero de la mano en el pecho (El Greco), El tránsito de la Virgen (Mantenga), La Sagrada Familia, o La Perla (Rafael), Carlos V en Mühlberg (Tiziano), El Lavatorio (Tintoretto), Autorretrato (Durero), Las Meninas (Vélazquez), Las tres Gracias (Rubens) o La Familia de Carlos V (Goya).
Del Museo de la Trinidad llegaron importantes pinturas como La Fuente de la Gracia de la escuela de Jan van Eyck y los cinco lienzos procedentes del Colegio Santa María de Aragón de El Greco. Del Museo de Arte Moderno proceden gran parte de los fondos del siglo XIX, obras de los Madrazo, Vicente Lopez, Carlos de Haes, Rosales y Sorolla.
Desde la fundación del Museo han ingresado más de dos mil trescientas pinturas y una gran cantidad de esculturas, estampas, dibujos y piezas de artes decorativas por nuevas adquisiciones, en su mayoría donaciones, legados y compras. Las Pinturas Negras de Goya llegaron al Museo gracias a la donación del Barón Émile d'Erlangen en el siglo XIX. Compras muy interesantes en los últimos años han sido Fábula y Huída a Egipto de El Greco, La Condesa de Chinchón de Goya, y El Barbero del Papa de Velázquez.
Tanto la colección como el número de visitantes del Museo del Prado se han incrementado enormemente a lo largo de los siglos XIX y XX, por lo que el Museo ha tenido que realizar suscesivas ampliaciones en su sede histórica, hasta agotar totalmente las posibilidades de intervención sobre este edificio. Por tal motivo el Museo del Prado se ha visto obligado a buscar el camino en su última y más reciente ampliación, mediante una solución arquitectónica situada junto a la fachada posterior de su sede tradicional y conectada con ésta desde el interior.
Paralelamente a la ejecución de su último y más ambicioso proyecto de ampliación (2001-2007) el Museo del Prado ha iniciado una etapa de modernización cuyo definitivo impulso tuvo lugar en 2004, al aprobarse un cambio de régimen jurídico y estatuario basado en la necesidad de flexibilizar la gestión del Museo, agilizar su funcionamiento e incrementar su capacidad de autofinanciación.
El Museo Nacional del Prado lleva a cabo una interesante política de exposiciones temporales que revisa, conmemora y da a conocer los aspectos de la Historia del Arte que más estrechamente se relacionan con sus fondos o bien, que los complementan. El Museo ha repasado a través de exposiciones los grandes núcleos de interés de sus colecciones, desde la pintura medieval hasta el siglo XIX, pasando por muestras dedicadas a algunos de los pintores más significativos como El Greco, Murillo, Zurbarán, Ribera, Durero, Tiziano, Tintoretto, Velázquez o Goya, aunque también las ha habido de artistas que no tienen representación o que están escasamente representados a pesar de tratarse de grandes pintores como Vermeer, Rembrandt o Turner.
Desde abril del 2007, y en conexión con la apertura de la ampliación de la Pinacoteca, dio comienzo una nueva política de exposiciones que asume la exhibición de obras de artistas conemporáneos. Hasta esta fecha se han realizado una exposición de fotografías de Museos de Thomas Struth, que se convirtió en el primer artista vivo que expone en el Museo del Prado desde el siglo XIX. Este nuevo rumbo del Museo ha suscitado importantes críticas por reconocidos expertos en el campo de la museología y de la historia del arte.
Además hay conciertos, representaciones teatrales, así como también proyecciones de largometraje y documentales como complemento de las exposiciones, y también existen ciclos de conferencias, en muchos casos conectados también con las muestras temporales. Asimismo desarrolla una amplia labor difusora de conocimiento de sus colecciones a través de ambiciosos programas educativos destinados a centros docentes dentro y fuera de la Comunidad de Madrid
Ningún Museo o colección del mundo supera al Prado en cuanto a la representación de los siguientes artistas:
- El Greco (36 pinturas y 2 esculturas)
- Velázquez (48 pinturas de las 120 catalogadas, entre ellas casi todas sus obras capitales)
- Goya (133 pinturas, incluye casi todos sus cartones para tapices). Es el artista del que se posee el mayor número de obras
- Eduardo Rosales (casi 200 obras, entre pinturas y dibujos)
- Tiziano (40 pinturas)
- El Bosco (6 obras seguras y varias más atribuidas)
- Patinir (varias de sus obras maestras, de su cortísima producción)
- Rubens (casi 100 obras, algunas pintadas a dúo con otros artistas)
- Ribera
En el museo se encuentra La Gloria de Tiziano, realizada para Carlos V que el soberano llevó a su retiro en el Monasterio de Yuste. Junto a ella llevó otras obras del veneciano que hoy se encuentran en el Prado: El Retrato de la Emperatriz, el Ecco Homo, La Dolorosa con la manos abiertas.
Se guarda también el Retrato ecuestre de la Reina Margarita de Velázquez y su taller, mostrando el joyal rico, formado por dos de las joyas más famosas del Joyero de la Corona de España: la perla Peregrina (perteneció en los últimos tiempos a Elizabeth Taylor), y el diamante El Estanque, tallado posiblemente por Jacopo Nizzoloda Trezzo.
La famosa Dama de Elche es, en realidad, propiedad del Museo del Prado, aunque se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional en condiciones de depósito. Se obtuvo en 1941, mediante un intercambio de obras con el Gobierno de Vichy, un acuerdo bastante desequilibrado (aunque a favor de España), que incluyó también la Inmaculada Concepción de los Venerables, o Inmaculada de Soult (nombre del mariscal francés que la robó) de Murillo que era, conjuntamente con la Dama de Elche propiedad del Museo del Louvre, y varias piezas del Tesoro de Guarrazar, que pertenecía al Museo de la Edad Media de París (o Museo de Cluny), además de los restos de las esculturas ibéricas de Osuna. A cambio se entregó a Francia un retrato de Mariana de Austria de Velázquez, del que el Prado poesía otra versión.
Para más, El Hermitage de San Petersburgo ha cedido una parte de su colección temporalmente...
ResponderEliminarY una anécdota, la escultura en bronce que se ve en el primer video de Carlos V, obra de Pompeyo Leoni, es en realidad un desnudo cubierto por la armadura, así que quien quiera ver a un emperador en pelotas sólo tiene que insistir, jajajaja
Besos
Existen diseminados por el mundo algunos pocos Museos emblemáticos, que guardan verdaderas joyas de arte de todos los tiempos, siendo el Museo del Prado (junto al Louvre, entre otros) uno de ellos. Pasear por sus instalaciones es recorrer parte de la historia del arte, lo que es, sencillamente un enorme disfrute.
ResponderEliminarBesos