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martes, 30 de abril de 2013

Soporte pictórico

Rafael Sanzio, detalle de La Escuela de Atenas, (fresco, Estancias de Rafael)

Soporte pictórico es la superficie sobre la que se aplica el color de una pintura. Cumple la misión de portar el fondo y las capas de pintura. El soporte y el color son los dos elementos indispensables de este arte. El fondo es la capa de preparación entre el soporte y la pintura, necesaria en materiales como la piedra o la tema (imprimación). 

A lo largo de la historia se ha pintado sobre una gran variedad de soportes, cada uno de ellos con sus características (textura y absorcion). Estas circunstancias determinan el tipo de pigmento que puedan aplicarse, así como el tratamiento del mismo. Los soportes más usuales han sido 

  • Paredes (pintura de fresco o mural)
  • Tablas de madera, de lienzo, pergamino o papel


El lienzo es el soporte más extendido de la historia de la pintura, que permite grandes superficies sobre las que pintar con menos peso.

Pintura mural: La piedra o ladrillo es el material del que está hecho este soporte. La primera pintura de la historia, la rupestre, se ejecutó sobre las paredes de la roca de las cuevas paleolíticas. Usaban pigmentos naturales con aglutinantes como la resina. La pintura sobre muros y paredes dominó durante la antigüedad y durante la época románica. Decayó en el gótico, debido a que las paredes se sustituyeron por vidrieras, con lo que había menos superficie sobre la que pintar, lo que determinó el auge de la pintura sobre tabla. Durante el Renacimiento se produjeron grandes murales, como los frescos realizados por Rafael en las Estancias del Vaticano. Posteriormente se ha limitado a las paredes de los edificios y los techos, destacando las grandes decoraciones del Barroco y del Rococó que, combinadas con relieves de etusco, daban lugar a creaciones ilusionistas. 

En realidad, no se pinta de manera directa sobre la pared, sino más bien sobre una fina capa intermedia, siendo la técnica más utilizada el fresco. También se utilizó la encáustica, técnica utilizada por los romanos, en la que los colores se disuelven con cera de abejas y se aplica en caliente, quedando fijada a la pared, una vez seca. La pintura mural no se ha abandonando nunca, como puede verse en la obra de los muralistas mexicanos y los graffiti. 

Pintura sobre tabla: El segundo soporte sobre el que se aplicó pintura desde la Antigüedad fue la madera. La madera que más se empleaba era la de nogal, pino y abeto, aunque todo dependía fundamentalmente de la región y las especies arbóreas que allí se cultivaban. Durante la Edad Moderna se recurrió a maderas tropicales duras. 


Parmigianino (1503 - 1540), Madonna del cuello largo, óleo sobre tabla

En Il Libro dell'Arte de Cennino Cennini (1390) se describe el entelado habitual hasta el año 1400, que cubría los defectos de la madera con una fina capa de yeso , impermeable al agua, sobre la que se podía pintar. Mediante un embutido  se rellenaban determinadas zonas con yeso para darle relieve. Finalmente se llama dorado a la aplicación de pan de oro  en determinadas partes de la pintura. Un ejemplo de ello lo encontramos en la Adoración de los magos (1423, Gentile da Fabriano), conservado en los Uffizi. 

Los sarcófagos egipcios que datan del año 2000 antes de Cristo, se encuentran en numerosas ocasiones pintados, generalmente a la encáustica. No obstante, fue durante la Edad Media cuando se difundió la pintura sobre tabla, alcanzando su máximo esplendor. En la época románica se pintaron diversas piezas de mobiliario ejecutadas en madera (baldaquines, etc). La madera que se pintaba era, generalmente de muebles y otros objetos de uso cotidiano que se adornaba con la pintura. Especialmente durante la Baja Edad Media se pintó al temple sobre madera, en tablas individuales o formando grandes retablos. Se considera el punto culminante de esta pintura la obra de los primitivos flamencos que ya trabajaban con óleo, solo con combinado con temple. La pintura sobre tabla se utilizó en menor medida en el siglo XVI, XVII y XVIII. 

Pintura sobre lienzo: Ya durante la Antigüedad se solía pintar sobre tema, aunque se conservan pocas pinturas sobre lienzo anteriores al siglo XIV. A partir del Renacimiento, se generalizó el uso de este soporte, considerado el de más éxito en la historia de la pintura. En la Venecia del siglo XV, el lienzo aventajó al fresco por ser más resistente al frío y a la humedad del invierno, aunque su principal ventaja es su liviandad, que permite transportarlo con facilidad y lograr grandes formatos. También permitió que el arte de la pintura se convirtiera en un botín de guerra, como ocurrió en la toma del Castillo de Praga , en el curso de la Guerra de los Treinta Años o los saqueos de la pintura por los ejércitos napoleónicos. 

El lienzo es una tela hecha con lino, algodón o cáñamo. Dependiendo de las caracteristicas de la tela, su fragilidad o el relieve de la urdimbre y la trama, la superficie pictórica es diferente y también es diferente el resultado. En el siglo XV se utilizó una tela fina (tela rensa). En el siglo XVI, en cambio, la tela era de tejido cruzado, más basta. La tela de lino es considerada la mejor tela que existe, fuerte, difícil de romper, con textura variable. Es también la más cara, con el tiempo se destensa por efecto de la humedad. El algodón es una buena alternativa al lino, se tensa fácilmente y no le afecta tanto los cambios climatológicos. También se puede pintar sobre arpillera, muselina, percal o cáñamo, que pueden fijarse sobre tableros de madera. 


Paseo a orillas del mar, Joaquín Sorolla (1863 - 1923), óleo sobre lienzo

Sobre el lienzo se ha pintado al temple, al óleo o con acrílico. Desde el Renacimiento hasta el siglo XX generalmente se ha pintado al óleo. El lienzo se prepara mediante la imprimación, que consiste en aplicar sucesivas capas de productos químicos (cola, glicerina, óxido de zinc, etc), hasta llegar a tener una superficie lisa, generalmente blanca, sobre la que aplicar la pintura, generalmente óleo. 

Los pintores del expresionismo abstracto prescindieron del bastidor, extendiendo las telas por el suelo o fijándolas a las paredes. Trabajaron en lienzos sin imprimación, de manera que la tema absorbe toda la pintura. formándose telas chorreantes y efectos de halo, como puede verse en la obra de Helen Frankenthaler. Otros pintores posteriores como Lucio Fontana, han actuado sobre el soporte en sí, cortándolo o perforándolo. Sigue siendo el soporte más utilizado para el óleo y el acrílico. 

Otro soporte sobre el que se pinta es el papel, generalmente en formato pequeño debido a su endeblez. También se ha pintado sobre el papel aplicando este a un soporte rígido como la madera o la pared. Dependiendo de la textura del papel, éste capta el pigmento de la pintura de diferentes maneras, permitiendo diversos efectos de dibujo.

Este soporte es adecuado para técnicas como la acuarela, el pastel o el grabado, técnica esta última que permite reproducir láminas o estampas mediante la impresión. Además resulta perfecto para la elaboración de esbozos, estudios preliminares o dibujos, empleando la tiza, el carboncillo o tinta y pluma, el motivo es que resulta fácil de transportar de un lugar a otro, y el artista lo podía (y puede) llevar consigo en cualquier momento. 



La Estrella, Edgar Degas (1834 - 1917), pastel y gouache sobre papel


Actualmente existe en el mercado una gran variedad de papeles para pintar, de diferentes texturas, colores o tamaños. De esta manera, el pintor contemporáneo tiene amplia variedad donde elegir, incluidos papeles tradicionales asiáticos, que proporcionan una superficie pictórica diferente a la habitual, como los papeles de algodón, llamados Khadi, que se elaboran en la India imprimidos y que admiten todo tipo de pintura, incluido el óleo. En Occidente pueden encontrarse papel y cartón texturados, idóneos para pintar al óleo y al acrílico. Otro tipo de papeles son, el papel cartdrige, la cartulina tipo bristol, cartones para dibujo e ilustración aptos para acuarela, pluma, tinta aerógrafo, marcador y pluma técnica. Para la acuarela se fabrican papeles específicos, son tramados, libres de ácidos y por lo general blancos, y se presentan en tres texturas: rugosa, prensada en frío y prensada en caliente. Para pastel también hay cartones y papeles especiales, de superficie abrasiva, que permita al pastel adherirse a su superficie, dentro de él se encuentra el llamado papel veludillo o aterciopelado, que permite un acabado mate que recuerda más a las pinturas tradicionales que al dibujo. 

También se utilizó para superficie pictórica el cuero, y en particular la vitela y el pergamino, superficies adecuadas para caligrafía, pintura y pastel, si bien, al proceder de la piel de animales, siempre resultó un soporte demasiado preciado. 

El metal es otro soporte usado históricamente para pintar. Los metales más apropiados son el cobre, el zinc y el alumino, pues otros, como el hierro o el acero se corroen fácilmente. El problema del metal es que resulta caro, pesado y tiende a oxidarse. El cobre, en pequeñas láminas, se ha usado desde el siglo XVI, pintándose sobre él con óleo. 

En el siglo XX, la ruptura con los elementos tradicionales de la pintura (géneros, técnicas), ha determinado la aplicación de la pintura sobre gran diversidad de soportes. Aparte de soportes minoritarios como el metal, el pintor actual ha recurrido a materiales nuevos como el acetato. Se usa en collages, esamblajes y técnicas mixtas, siendo preciso que esté previamente tratado para que se pueda pintar o dibujar sobre ella utilizando acrílicos, acuarela, guache, lápiz o tinta. 

No obstante, la pintura contemporánea ha conservado soportes tradicionales como el lienzo o el papel, si bien trabajándolos de manera diferente. Se ha recurrido al collage o a los objetos encontrados, añadiéndose a la tela papeles de periódicos, cajetillas de tabaco, telas, maderas, latas, plumas o cualquier otro objeto de la realidad. Sobre el lienzo o el papel se han impreso imágenes con técnicas fotográficas, como el fotomontaje de los dadaístas. 


Autorretrato de Durero (1493), Alberto Durero (1471 - 1528), óleo sobre papel vitela

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