TIZIANO VECELLO
Tiziano Vecello, conocido tradicionalmente en español como Tiziano (Pieve di Cadone, Belluo 1477 - Venecia, 27 de agosto de 1576), fue un pintor italiano del Renacimiento, uno de los mayores exponentes de la escuela veneciana.
Reconocido por sus contemporáneos como el sol entre las estellas, Tiziano es uno de los más versátiles pintores italianos igualmente capacitado para ejecutar retratos, paisajes, escenas mitológicas o cuadros de temas religiosos. Su obra atravesó muchas y diferentes etapas, en las que el estilo cambió tan drásticamente que algunos críticos tienen problemas para creer que los cuadros de su primera etapa y los de las posteriores hayan salido de la misma mano.
Si el lugar de nacimiento de Tiziano se conoce, la fecha es una incógnita. Existen tes hipótesis basadas en los documentos de la época. Según su partida de defunción, que se guarda en la iglesia veneciana de San Canciano, el artista murió a la edad de ciento tres años, por lo que el nacimiento es fechado en 1473. Por otro lado, en la correspondencia de Tiziano a Felipe II en 1571 el pintor se presenta como este servidor suyo de noventa y cinco años de edad, deduciendo, por lo tanto que debió nacer en 1476. Sus contemporáneos, sin embargo, estiman que la fecha estaría comprendida entre 1488 y 1490. Ante estos criterios, la crítica y los estudiosos de arte están divididos. Lo cierto es que el Centro de Estudios Tiziano y otros autores determinan que su nacimiento debió producirse entre 1480 y 1485.
Tiziano procedía de una familia de elevado nivel social en Cadone: era el cuarto hijo de Gregorio Vecelli, un distinguido consejal y militar. No existían antecedentes familiares en el campo artístico. Sin embargo, a los 10 años, Tiziano y su hermano mayor Francesco acudieron a Venecia para ingresar como aprendices en el taller de Sebastian Zuccato, un famoso mosaiquista. Debido a su talento, en el transcurso de tres o cuatro años entró en el estudio del venerable pintor Giovanni Bellini, el artista más reconocido de la ciudad.
El fresco sobre Hércules en el palacio Moresini se considera como una de sus primeras creaciones. Otras obras tempranas son la Virgen con el niño y la Visitación de María a Isabel, expuesta actualmente en la Galería de la Academia de Venecia. La primera obra conocida de Tiziano el pequeño Ecco Homo fue, durante mucho tiempo atribuido a Giorgione.
El fresco sobre Hércules en el palacio Moresini se considera como una de sus primeras creaciones. Otras obras tempranas son la Virgen con el niño y la Visitación de María a Isabel, expuesta actualmente en la Galería de la Academia de Venecia. La primera obra conocida de Tiziano el pequeño Ecco Homo fue, durante mucho tiempo atribuido a Giorgione.
Cuando, en 1510, la epidemia de la peste se extendió por Venecia y acabó con la vida de su compañero Giorgione, Tizianomarchó a Padua, donde demostró su talento para la técnica del fresco en sus trabajos en 1511, tanto en la iglesia de los carmelitas como en la Escuela de San Antonio de Padua, con trabajos tales como El milagro del recién nacido, El milagro del marido celoso y El milagro del hijo irrascible.
En 1512, Tiziano volvió de Padua a Venecia, donde comenzó a establecer una red de conexiones que lo llevaría a la cúspide del grupo veneciano de artistas. Pronto obtuvo trabajo de la Fondaco dei Tedeschi, consiguió de esta la Sansería, un privilegio muy codiciado por los artistas emergentes, y llegó a ser superintendente de las obras gubernamentales, cargo de pintor oficial de la República de Venecia, que le reportaría suficiente renumeración y otros privilegios añadidos.
Durante su dilatada carrera se convirtió en el más influyente de los pintores de la escuela veneciana y en el más laureado de la República Serenísima de toda la historia. La muerte, en 1510, de Giorgione, y en 1516 de Bellini, los traslados de Sebastiano de Piombo a Roma y de Lorenzo Lotto a Bérgamo, dejaron a Tiziano sin rivales en la ciudad.
Durante los años 1516 - 1530 el artista se liberó de los cánones herméticos aprendidos durante su juventud, y abarcó un mayor número de temas. Sin embargo, sus retratos fueron claves para introducirlo en las cortes más prestigiosas y conocer a los hombres más prestigiosos de su tiempo. Algunos de ellos, como los señores de Mantua, Ferrara o Urbino, pequeños estados italianos amenazados por la expansión de las potencias internacionales, encontraron en los retratos de Tiziano una ocasión para demostrar una imagen de poder y de gloria que quizás no se corresponde con la realidad.
Tiziano estaba en la cumbre de su fama: hacia 1521, tras la realización de un San Sebastián para la Nunciatura papal de Breschia, los encargos se acumulaban en su taller.
El artista continuó simultáneamente con su serie de pequeñas Madonnas, que insertaba en escenas paisajísticas a la manera de la pintura de género poético- pastoral, muy de moda en aquel entonces. La VIrgen con el Niño, San Juanito y Santa Catalina son los prototipos de esta clase de lienzos. También habrá que destacar los retratos de medio cuerpo y bustos femeninos como Flora o La mujer mirándose al espejo.
Entre 1530 y 1550, Tiziano se dedicó a cultivar un estilo cada vez más dramático. En este momento pintó La batalla de Cadone, una escena histórica, la más característica de las obras ticianescas perdidas o mutiladas. La Batalla de Cadone se destruyó en 1577, en el incendio del Palacio Ducal, junto con la mayoría de las pinturas antiguas que lo decoraban.
La pintura más significativa de esta época es la Presentación de María en el Templo, uno de sus lienzos más populares, o Ecco Homo de singular patetismo y heroismo. Menos éxito tuvieron los frescos de la cúpula de Santa María della Salute: Muerte de Abel, Sacrificio de Abraham y David y Goliath. Estas tres escenas violentas del Antiguo Testamento, se consideraron poco apropiados en su momento, fueron sin embargo muy admirados e imitados con posterioridad.
Las buenas relaciones que mantuvo con la corte de Mantua le van a proporcionar contactos que le supondrían su consagración como retratista. En 1530 pudo pintar a Carlos I de España. El emperador le pagó solo un ducado por el retrato al que añadió 150 más de su bolsa el duque Federico II Gonzaga. La maestría de Tiziano para el retrato le otorgó una amplia fama durante toda su vida. Pintófielmente a príncipes, duques, cardenales, monjes, artistas y escritores. El reflejo de la psicología de los retratados, la claridad de los rasgos y la instantaneidad de las figuras lo elevan a la altura de los mejores retratistas de la historia como Rembrandt y Vélazquez.
También realizó para Guidovaldo della Rovere, hijo del duque, la famosa Venus de Urbino, en 1538. El tema de la diosa Venus es recurrente en el maestro y tras realizar esta obra, debido a su viaje a Roma, aumentó su interés por la diosa romana, Venus y Adonis, Venus recreándose en la música y Venus del espejo.
Durante sus últimos veinticinco años el artista quedó cada vez más absorbido por su faceta de retratista y se volvió más autocrítico, con un insaciable perfeccionismo que le impidió terminar muchas obras.
Algunas de ellas quedaron en su estudio durante al menos diez años, durante los cuales no se cansaba de retocarlos, añadiéndoles constantemente nuevas expresiones más refinadas, concisas o sutiles. Nunca alcanzó cotas más altas en emoción y tragedia como en La coronación de espinas, o del heroísmo y la soberbia en El Dux Grimani adorando a la Fe o la Trinidad. Por otro lado sus pinturas más conmovedoras se realizaron en esta época: la Danae de Nápoles y de Madrid, la Antíope del Louvre, el Rapto de Europa, entre otros.
En 1556 Giorgio Vasari visitó al maestro en Venecia para llevarle el nombramiento honorífico de miembro de honor de la Academia de Artistas de Florencia. Continuó aceptando encargos hasta el final de sus días y a fin de asegurar la continuidad del taller tras su muerte encomendó a Cornelis Cot la difusión de varias de sus composiciones en grabados. Cot grabaría un total de quince obras, como La Magdalena penitente, Tarquino y Lucrecia y La Gloria.
Tiziano rondaba los noventa años cuando la peste negra asoló Venecia. Murió a consecuencia de la epidemia (y por el mismo motivo que su compañero Giorgione), el 27 de agosto de 1576. El senado veneciano derogó una severa medida que obligaba a incinerar los cadáveres de las víctimas que morían de esta enfermedad, y permitió que sus restos recibieran sepultura en la iglesia de los Frari. El Senado veneciano pagó los funerales que se celebraron en su memoria tanto allí como también en la Basílica de San Marcos.
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