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miércoles, 9 de octubre de 2013

Escenas de género




Las escenas de género es un tipo de obra de arte, principalmente pictórica, en la que se representa a personas normales en escenas cotidianas, de la calle o de la vida privada, contemporáneas al autor. Lo que distingue a la escena de género es que representa escenas de la vida diaria, como mercados, interiores, fiestas, tabernas y calles.Tales representaciones pueden ser realistas, imaginarias o embellecidas por el artista. En español también se la conoce por el término pintura costumbrista o cuadro de costumbres.

Tradicionalmente se lo ha denominado género petit en oposición al gran género, la pintura de historia. La representación artística de temas cotidianos es ahora muy común pero resultaba inusual en el Renacimiento y en el Barroco, cuando se asumía que el arte tenía un contenido intelectual y creativo, sus temas históricos, religiosos y mitológicos servían para recordar a los ejemplos nobles del presente y del pasado y sus logros, siendo la pintura de género considerada de género superior, mientras que la representación de gente modesta era del todo irrelevante.

A partir del siglo XVII se empieza a valorar más aquello que el arte clásico consideraba como comedia, es decir, lo cotidiano, las historias menores de gente vulgar. Las escenas de género barrocas, aparentemente cotidianas, pueden ocultar en muchas ocasiones temas alegóricos. Existen pues dos modos de interpretar estos cuadros: o bien son una iconografía críptica que encubre un aspecto didáctico, o bien es una mera anécdota de género, con la única finalidad de entretener al público. 

Aunque en el sur de Europa se realizó pintura de género a partir de Caravaggio, lo cierto es que se cultivó principalmente en los países nórdicos. Tanto la nobleza como el clero no estaban interesados en este tipo de obras, normalmente en pequeño formato, que tuvieron, en cambio, una gran difusión entre la burguesía, la clase media y los comerciantes, debido a su tema familiar y frecuentemente sentimental. 

Los temas de género aparecen en casi todas las tradiciones artísticas. Las decoraciones murales de las tumbas egipcias a menudo representan banquetes, actividades de ocio y escenas agrarias. En los vasos griegos o etruscos se pueden encontrar a menudo escenas de mercado o de caza que se parecen a las escenas de género, así como en ciertos mosaicos y pinturas romanas.





En la Edad Media la escena de género quedó recluida a los márgenes y las letras historiadas de los libros de oración. Aparecen decorados con escenas campesinas de la vida cotidiana. Regresó de manera tímida en ciertos frescos del Trecento, aunque se la siguen relacionando con un tema moral o religioso.

Es con Van Eyck y los primitivos flamencos que la escena de género vuelve a renacer. Con el retroceso progresivo de la religión en el arte, especialmente en el norte de Europa, la escena de género comenzó a desarrollarse en el Renacimiento, en Flandes. Durante los siglos XV y XVI los temas de la realidad en el norte europeo estaban relacionados con el dinero. 

Del Bosco y Brueghel el Viejo no dudaron en explotar las escenas de género, para ilustrar los proverbios y las historias, hoy a menudo perdidas, que dieron una apariencia laica a la obra religiosa. Brueghel en particular hizo de los campesinos y sus actividades el tema de muchas de sus pinturas. Las representaciones de campesinos y de pobres elaboradas por este artista son muchas veces irónicas. 

En la segunda mitad del siglo XVI se observa un cambio en los temas de los Países Bajos, pues se retratan escenas en tabernas y mercados. Las escenas de género siguen teniendo una excusa narrativa. Si se observan con detalle se aprecia que el pretexto para la escena representada es muchas veces un tema religioso, tratado en el fondo del cuadro.

La aparición del campo temático de la pintura a temas como el bodegón, el paisaje o la pintura de género es un fenómeno típicamente barroco. Caravaggio, a principios del siglo XVII, elaboró escenas de género representando a músicos y juglares, además de escenas de taberna. Destacó por sus grandes cuadros religiosos que trató como auténticas escenas de género. Esta escuela de pintura italiana (los caravaggistas) se vio estimulada por la llegada a Roma del pintor holandés Pieter van Laer (1621), cuyas obras inspirarían a Eberhard Keil, Giacomo Ceruti, Antonio Cifrondi y Giuseppe Maria Crespi. A través de la Escuela de Utrecht influyeron en los tenbristas franceses y los Países Bajos. Georges La Tour, el más destacado de los pintores franceses de la época, realizó toda una serie de obras referente a las tabernas, a modo de advertencia contra los jóvenes imprudentes, como El tahúr.





Donde floreció principalmente la pintura de género fue en los Países Bajos. El éxito de este género en Holanda se explica en gran medida por la reforma protestante. Tenía un componente iconoglasta de rechazo de representaciones de escenas bíblicas y de la veneración de los santos, por lo que la pintura religiosa desapareció del país. Por otro lado, tanto la nobleza como las instituciones eclesiásticas también se desvanecieron en un país dominado por las clases mercantiles, grandes comerciantes, burgueses acomodados y artesanos. 


Pintores como Adriaen e Isaak van Ostade, Jan Steen, Gerrit Dou o Gabriel Metsu se centraron en escenas de tabernas o campesinos. Jan Steen reflejó bailes populares, temas teatrales y se especializó en la bufonada del mundo al revés, Gerard ter Bosch y Metsu se centraron en conversaciones de la alta bueguesía, con sus lujosas telas, representando la vida apacible en interiores bellos, Dou dedica su interés a la riqueza y opulencia, siendo muy imitado en el siglo siguiente. 

Frente a ellos existieron otros pintores, especialmente Veermeer de Delft que se centraron en un tema típicamente holandés: la pintura de género doméstica. Se expresa en un tono poético y con gran sencillez de composición. El escenario es realista, con pocos personajes, generalmente concentrados en sus labores diarios (bordados, etc). 

Aunque la pintura de género floreció principalmente en Holanda, también se cultivó en Flandes. Adriaen Brouwer realizó escenas de tabernas y cuadros de la vida rústica. David Teniers el Joven y su padre pintaron el mismo tipo de escenas, pero en un tono más amable y sereno. 

En España Diego Vélazquez realizó, especialmente en su etapa juvenil, algunas pinturas de género, como el Aguador de Sevilla o Vieja friendo huevos. Además realizó cuadros mitológicoscon el tratamiento de una obra de género, como en Los Borrachos. Fue Murillo quien realizó las más destacadas escenas de género durante el llamado Siglo de Oro español. Realizó numerosos cuadros de mendigos y pilluelos en un tono realista pero amable. 




En Italia, Pietro Longhi pintó escenas de la vida diaria. En Francia se produjo un interés renovado por la representación de la vida cotidiana, a través de las pinturas de Watteay, Fragonard y Chardin. Al final del siglo Jean-Baptiste Greuze representó la vida de las clases humildes, en una serie de obras que tenían por público a la burguespia pre-revolucionaria.

En Inglaterra, Willim Hogarth transmitió crítica social y lecciones moralesa través de lienzos que contaban historiads de gente común, a menudo en forma de series satíricas que pueden relacionarse estrechamente con la literatura inglesa de la época, como las novelas de Henry Fielding. Williasm Powell Firth es, quizás el más famoso pintor de género inglés y fue admirado por muchos contemporáneos. Otros pintores de género ingeses fueron Augustus Leopold Egg y George Elmar Hicks.

El artista español Francisco de Goya usó la pintura de género como un medio para un comentario oscuro sobre la condición humana. De g´nero pueden considerarse sus numerosos cartones para tapices, así como algunos cuadros de pequeño tamaño que refleja la vida española, en especial la madrileña.

Con el declive de la pintura de historia y religiosa, los artistas encontraron cada vez más los temas en la vida que los rodea. Realistas como Coubert disgustaron al público al usar temas de la vida cotidianaen pinturas a gran escala, formato reservado para temas importantes, borrando los límites que sirvieron para establecer a la pintura de género como una categoría menor. También la pintura de historia sufrió un cambio desde la exclusiva representación de acontecimientos de gran importancia pública a la representación de escenas de género en tiempos históricos, tanto en los momentos privados de las grandes figuras como en la vida cotidiana de personas comunes. Posteriormente Impresionistas y artistas del siglo XX pintaron escenas de la vida cotidiana. 

La pintura de géneo comenzó en el siglo XVII con obras realizadas por europeos sobre su propia vida cotidiana. Sin embargo, el nacimiento de la fotografía coincidió con una época de máxima expansión del colonialismo occidental, a mediados del siglo XIX, de manera que las fotografías de género realizadas en relación con expediciones comerciales, científicas o militares, a menudo representan a la gente de otros pueblos que los europeos encontraban por todo el mundo. 


 


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