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viernes, 22 de febrero de 2013

Las claves de la Pintura: Las técnicas



La pintura es, sin lugar a dudas, la manifestación artística que mejor conoce el público. A ello contribuye su inclusión mayoritaria en los grandes museos, salas de exposiciones, entre públicos y casas particulares. Sin embargo, su lenguaje es, a menudo, desconocido incluso por los coleccionistas y asiduos a exposiciones y pinacotectas. Realizaremos un pequeño paseo por las diferentes técnicas pictóricas, afín de conocerlas un poco más en profundidad.

El temple, el fresco y la encáustica son tres técnicas que se iniciaron en el mundo antiguo grecorromano y egipcio. La técnica del temple tiene múltiples formulaciones y fue utilizada como procedimiento de pintura mural. Generalmente es la yema de huevo, mezclada con látex de retoño de higuera y agua, la manera empleada por los grandes pintores del Trecento y del Quattrocento, añadiéndose a veces al fresco para crear una técnica mixta que permitía las veladuras. 

El fresco es la modalidad más frecuente en la pintura mural. Se realiza sobre revoque de cal húmeda que sirve de soporte para los diversos pigmentos disueltos en agua. Los colores utilizados son preferentemente de origen mineral: blanco de San Juan (carbonato cálcico) y cal muerta (hidróxido de calcio) para el blanco, ocres naturales y tostados para el amarillo y el rojo, y tierras para el rojo y el verde, lapislázuli para el azul, sombra de hueso natural y tostada para los marrones, y negro de marfil, de hueso o de carbón de vid para el negro. La realización del fresco precisa una gran preparación técnica y no permite rectificaciones, ya que estas se hacen muy evidentes. Se emplea la sinopía (dibujo preparatorio) sobre el revoque que permite fijar los contornos y marcar las jornadas en las que se realizará la obra. Su orígen, con variaciones en la técnica, hay que buscarlas en las culturas pictóricas de Medio Oriente (Mesopotamia, Asiria) y del Meditterráneo (Creta, Grecia y Roma), encontrándose asimismo ejemplos en la China y en la India. Sin embargo, su importancia crecerá en la época bizantina y se acrecentará en los períodos románico, gótico y renacentista. 

Algunas modalidades de pintura sobre muro se acercan al fresco, sin adquirir las tonalidades de aquel. Por ejemplo, el fresco-seco, aplica los pigmentos en la pared casi seca, para terminar la obra con colores mezclados en agua de cal. A este procedimiento mixto podemos añadir los preparados actuales y la pintura al óleo, que se utilizan sobre el muro, y varias técnicas propias de cada autor. Por otro lado, la encáustica es una preparación a base de colores diluidos en cera fundida, que cumple la función de aglutinante y cuya aplicación se realiza en caliente. Su invención se atribuye a Polígnoto y en la fachada de los templos dóricos existen testimonios de esta clase de pintura, que comunmente se aplicaba en pequeñas tablas de madera, debidamente preparadas. 





El óleo es la técnica pictórica más conocida y empleada sobre tela o tabla. Consiste en una mezcla de pigmentos coloreados con aceite, generalmente de lianza o de nuez. Fueron los pintores flamencos del siglo XV, los primeros que de manera sistemática lo utilizaron. Sus ventajas son múltiples, destacando el color brillante y la posibilidad de rectificación por superposición de pinceladas, lo que da una mayor libertad de ejecución. A partir del siglo XVI su práctica se generalizó, aunque el carácter artesanal con el que se fabricaban los colores nos llevaría a una enumeración casi infinita de fórmulas preparatorias. En la actualidad, las fórmulas del pintor han desaparecido, debido a que la mayoría de los artistas utilizan pintura al óleo preparada en pequeños tubos. Esto ha impedido la degradación técnica que se inició en el siglo XVIII, pero ha cortado de raíz cualquier tipo de investigación.

Otra técnica afín a la pintura sobre tela o tabla es la acrílica. Consiste en una combinación de moléculas de acrilato en emulsión con agua. Esto la hace muy flexible y de secado rápido, al igual que resistente a los agentes atmosféricos. Sin embargo, su aplicación es cada vez menor, volviendo la mayoría de los artistas a la técnica del óleo. 

La pintura de caballete ha incorporado nuevas maneras. De entre ellas destacaremos tres: la matérica, el collage y la cinética. La primera consiste en el empleo de tierras y materiales minerales que, unido al soporte por medio de adherentes, cumple la función de la pincelada clásica. El collage consiste en la adición de diversos materiales que conforman la composición. Generalmente preexiste una base de óleo o acrílico. Por su parte el cinetismo busca el movimiento de la composición e introduce elementos añadidos y artilugios técnicos, aunque a veces utiliza los trucos perspectivos de los engaños ópticos. 

La invención de la imprenta por Guttenberg hacia 1450, resultó fundamental para el desarrollo de la imagen impresa. Otras formas primitivas de impresión en relieve tuvieron su origen  en el Lejano Oriente. Recordemos, por ejemplo, los sellos que estampaban en barro las culturas asiria y mesopotámica, los sellos tallados en piedras preciosas que se emplearon en Grecia y en Roma y la tela estampada a mano con bloques de madera procedentes de China (siglo IX), que llegaron al continente europeo en el siglo XIII. En Europa, el uso del grabado en relieve sobre soportes de madera comenzó a generalizarse a principios del siglo XV, coincidiendo con la difusión del papel, que ya empezaba a fabricarse en gran cantidad. Resultó ser un método de reproducción más económico que el dibujo y se usaba principalmente para imágenes religiosas, naipes e ilustraciones de libros. 

Existen diversos métodos de impresión, ellos son: 


  • Impresión en relieve: la superficie que crea la imagen impresa está en relieve
  • Impresión en hueco: la imagen impresa surge de los surcos trazados en la superficie
  • Impresión planográfica: proceso realizado a partir de una superficie plana, que no está grabada, ni tallada en relieve, ni se somete a la acción del ácido
  • Impresión seriográfica: la imagen se obtiene al transferir el color de una superficie a otra a través de una trama en la que el diseño está formado por plantillas. 




Otra técnica es el cartel. Su gran auge está asociado a las técnicas de estampación litográfica y primordialmente a la fotomecánica. A la vez cabe destacar su asociación a las corrientes artísticas desde su nacimiento en 1866, de la mano de Jules Cheret hasta los cartelistas Art-Déco. Su momento culminante se centra en el movimiento modernista en los que se incluyen los posimpresionistas, Henri de Toulouse-Lautrec a la cabeza, y los modernistas Alphonse Mucha, Aubrey Beardsley, Will Bradley. La tendencia curvilínea de los modernistas dará paso a las tendencias artísticas abstracta- geométricas, Der Stijl, constructivismo, y corrientes neoplásticas y lineales. Después de la Segunda Guerra Mundial, la fotografía sustituirá al dibujo en la base de los carteles. 

Por su parte, el cómic está relacionado con otros lenguajes artísticos, como el teatro, la novela, la pintura, la ilustración publicitaria, la fotografía, el cine, la televisión y con los rasgos estilísticos del mundo objetual en que viven inmersos sus propios creadores. La influencia del cine ha experimentado en los últimos años una inversión convirtiéndose los cómics en modelos de las películas (Superman, Batman). La fotografía ha servido de base a los creadores de las historietas e incluso como lenguaje se ha adecuado a la narración del cómoc, aunque su fracaso ha cortado su posterior evolución. La pintura ha inspirado a algunos creadores que se introducen en esta línea estética como, por ejemplo, las historias del Príncipe Valiente de Harold Foster. 

También nos encontramos con el dorado, el esmalte, el vitral y el mosaico. El primero consiste en la aplicación de panes o polvo de oro sobre el soporte. En pintura se utiliza como fondo de las composiciones en el mundo gótico y protorrenacentista, aunque su uso se remonta a la Antigüedad, tanto Oriental (China, Japón, India, Persia, etc), como Occidental (Egipto, Grecia y Roma). Su elevado valor económico ha impedido su uso en la actualidad, y su falsificación con purpurina es nefasta, ya que oscurece al poco tiempo y adquiere tonos verdosos y deslucidos. El esmalte es un proceso que tiene múltiples formulaciones. De maner general, se trata de un barníz vítreo, que por medio de fusión se aplica a la porcelana, loza, metales, etc. Su uso se remonta a Egipto, pero es en el mundo gótico cuando alcanzará su máxima difusión, extendida hasta nuestros días. Limoges aparece como una escuela de gran tradición esmaltística, desde el siglo XII al XVIII. Durante el siglo XVIII se utilizó como elemento decorativo en joyería (relojes, cajas de rapé, etc). El Modernismo fue el último gran movimiento que potenció el esmalte.

El vitral y el mosaico tienen como base el fuego, al igual que el esmalte y las decoraciones cerámicas. Su inclusión en esta relación se debe que a los proyectos compositivos y/o decorativos son obra de artistas pintores. 

Para finalizar, la técnica no solo es un medio instrumental, sino que se convierte en un factor básico de la expresión plástica, en su doble vertiente formal y de contenido. Cada obra y cada autor tienen su  técnica apropiada en relación con su mensaje artístico. 








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