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martes, 2 de octubre de 2012

La Batalla de Anghiari

La Batalla de Anghiari, copia de Rubens 

La Batalla de Anghiari es una pintura al fresco de Leonardo da Vinci, actualmente perdida, pintada en un muro del Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia, entre 1503 y 1506. Leonardo abandonó Florencia en 1506, dejando la pintura inacabada. En 1549 aun estaba a la vista, y desapareció en 1563 al encomendarse a Giulio Vasari la remodelación del gran salón. Recientemente algún experto ha afirmado haber hallado, con ayuda de un endoscopio, el antiguo fresco disimulado tras un muro, debajo de los frescos de Vasari.

Se conocen varios de los dibujos preparatorios elaborados por Leonardo da Vinci, aunque ninguno permite ver la escena en su conjunto. Los caballeros que ocupaban el centro de la composición, es la parte mejor conocida, gracias a cierto número de copias antiguas en papel y un grabado de Lorenzo Zacchia el joven (1558), que pudo ser utilizado en 1603 por Peter Paul Rubens para un dibujo conservado en el Museo del Louvre, la más célebre de las réplicas del fresco perdido.

Los dos grandes genios del Renacimiento Miguel Ángel y Leonardo se encontraron, en abril de 1503, enfrentándose directamente sobre el terreno de la pintura, pues ambos recibieron un encargo para decorar el Salón de los Quinientos. Miguel Ángel acababa de finalizar su David, cuando fue designado para pintar la pared de la izquierda. Ambos debían realizar una batalla, la de Leonardo sería la de Anghiari, en la que vencieron los florentinos, Miguel Ángel pintaría un episodio de la Batalla de Cascina (1364), cuando las tropas florentinas que se estaban bañando en el Arno se alertaron ante un posible ataque de sus enemigos de Pisa.

Sin embargo, Miguel Ángel no permaneció mucho tiempo en Florencia. Finalizó el cartón, y solo parcialmente la pintura. Fue invitado a regresar a Roma en 1505 por el nuevo papa Julio II, con el encargo de realizar la tumba del papa. Del cartón de Miguel Ángel para pintar el mural existe una copia parcial en Norfolk (Inglaterra), y un fragmento aun más reducido fue grabado por Marcantonio Raimondi, provocando la admiración de Rafael.

El 24 de octubre de 1503, el Consejo asignó a Leonardo un local en Santa María Novella para que le sirviera de estudio. Leonardo dibujó una escena de un violento choque de caballos y una furiosa batalla de hombres peleando por el estandarte de la batalla de Anghieri.


Uno de los tantos dibujos de Leonardo (caballos) para la Batalla de Anghiari

Leonardo montó un ingenioso andamio en el Salón de los Quinientos que podía alzarse o doblarse del mismo modo que un acordeón. La pintura iba a ser su obra más grande y sustancial. La técnica del fresco no era el fuerte de Leonardo, ya que requiere una ejecución rápida y Leonardo solía pensar y razonar mucho antes de dar cada pincelada. Decidió utilizar otra técnica, no solo para retocar y mejorar su obra, sino también para darle mayor resistencia a los colores, utilizando la técnica del encaustro que requería un calor muy fuerte para fijar los colores a la pared. Al realizar algunas pruebas le dio un resultado satisfactorio, aunque al aplicar el método sobre la Gran Cámara, los hornillos solo secaban la parte baja de la pintura, mientras que la parte alta se comenzó a desprender, y los colores llegaban a mezclarse entre ellos, ya que no era posible secarlos totalmente. Decepcionado Leonardo abandonó el proyecto.

En realidad, y a pesar del desastre, la obra estaba prácticamente acabada. Leonardo había trabajado durante un año con seis asistentes, entre ellos Hernando de los LLanos, pintor renacentista español. A pesar de los daños la Batalla de Anghiari permeneció expuesta en el Palazzo Vecchio durante varios años. Entre los artistas que la pudieron observar (y que la copiaron) se encuentra Rubens. Es gracias a su copia que se tiene, en la actualidad, una idea bastante clara del fresco de Leonardo. Las pinturas inacabadas de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel colgaron juntas, en paredes opuestas, por casi una década. Lamentablemente el cartón de la pintura de Miguel Ángel fue cortado en trozos por Baccio Bandinelli, por celos. 

El Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio, en aquel entonces la Sala del Consejo Mayor de la República de Florencia, es la sala más grande para la gestión gubernamental realizada en Italia. Hoy tiene 54 metros de largo por 18 de alto, pero en los tiempos de Leonardo era muy distinta,más espartana y menos decorada.Fue Giorgio Vasari quien al transformarla a petición de Cosme I de Médici, para acentuar su belleza, la acortó y la alzó unos 7 metros. En lo alto se realizó el techo dorado con paneles sobre los que se observa el triunfo de Cosme, el nuevo soberano de Florencia, y la sumisión de la ciudad y de los cuarteles. 


Uno de los estudios realizados por Leonardo 

Maurizio Serachini, un experto italiano en análisis de arte de alta tecnología cree que detrás de los murales de Vasari, La Batalla de Marciano en Val di Chinana (1563), está escondido el fresco original de Leonardo da Vinci. Sobre lo alto del fresco de Vasari, a 12 metros del suelo, un soldado florentino mueve un estandarte con las palabras El que busca encuentra. Estas palabras enigmáticas parecen ser una pista de Vasari, quien siempre había hablado en términos de gran admiración hacia los frescos de Leonardo da Vinci. En la pared oeste había cuatro ventanas, hoy tapadas, por lo que no podría haber alojado la pintura, pero en la este solo había dos ventanas, es aquí donde se ejecutó el mural. Vasari es muy claro en sus escritos: el lado izquierdo de la pared estaba reservado a Miguel Ángel, mientras que el derecho a Leonardo. Considerando todas las modificaciones que había sufrido el Salón, se ha calculado que el núcleo de la pintura, el más famoso, probablemente se encuentre en la zona sobre la puerta del sureste.

Serancini cree que es improbable que Vasari destruyera la obra de su predecesor durante su renovación del Salón de los Quinientos, y que habría intentado salvar, de algún modo la pintura. Usando técnicas no invasivas, como radar de alta frecuencia que penetra en la superficie y cámara termográfica, Serencini realizó una investigación en el Salón. Entre otras conclusiones encontró que Vasari había construido otra pared oriental, donde se documentó la existencia del fresco original de Leonardo. Afirmó que encontró un hueo, de 1 a 3 centímetros entre las dos paredes, suficientemente grande para que se conservase un antiguo fresco.

A principios del 2007, el Ayuntamiento de Florencia y el Ministerio de Cultura dieron luz verde a mayores investigaciones. En 2011 se planteó seriamente realizar catas e inspecciones, mediante la inspección de pequeñas cámaras en grietas u orificios practicados en la pared. Fue entonces, cuando estalló la controversia entre expertos, al considerar que estas exploraciones atentaban contra la integridad del mural de Vasari. Se argumentó que las posibilidades de encontrar el mural de Leonardo eran mínimas y que no justificaban poner en riesgo lo actualmente visible. En marzo del 2012 fue confirmada la existencia de una cámara interior de aire de dos centímetros entre el mural de Vasari y la pared posterior. Muestras tomadas de la pintura apuntan al mismo tipo que la empleada en el taller de Leonardo, así como una capa beige, realizada con pincel.











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