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miércoles, 2 de mayo de 2012

El Bodegón (Naturaleza Muerta)



Un bodegón (o naturaleza muerta) es una obra de arte que representa objetos inanimados, generalmente extraídos de la vida cotidiana que pueden ser naturales (animales, frutas, flores, rocas, etc) o hechos por el hombre (utensilios de cocina, antigüedades, libros, monedas, etc) situados en un espacio determinado. Esta rama de la pintura se sirve del diseño, el cromatismo y la iluminación para producir un efecto de serenidad, bienestar y armonía.

Con orígenes en la antigüedad y muy popular en el arte occidental desde el siglo XVIIel bodegón da al artista más libertad compositiva que otros géneros pictóricos como el paisaje o el retrato. Los bodegones, especialmente anteriores a 1700, a menudo contenían un simbolismo religioso y alegórico en relación con los objetos que representaban. Algunos bodegones modernos rompen la barrera  bidimensional y emplean técnicas mixtas tridimensionales, usando objetos encontrados, fotografías, gráficos generados por ordenador o sonido y video.

Los bodegones adornaban las tumbas del Antiguo Egipto. Las pinturas sobre jarras de la Antigua Grecia también muestran gran habilidad al representar objetos cotidianos y animales. Bodegones parecidos, más simples decorativamente se han encontrado en pinturas murales de la Antigua Roma y en mosaicos de Pompeya, Herculano y la Villa Boscoreale. En el siglo XVI la comida y las flores reaparecerán como símbolos de las estaciones y de los cinco sentidos. 

A partir de 1300, y comenzando por Giotto y sus seguidores, la pintura del bodegón revivió en las pinturas de temas religiosos en forma de objetos de la vida cotidiana que acompañaban a las figuras protagonistas. Este tipo de representación pictórica fue considerado menor hasta el renacimiento ya que aparecía subordinado a otros géneros como la pintura religiosa o los retratos. Pintores como Jan van Eyck a menudo usaron elementos del bodegón como parte de su programa iconográfico.

Entre los primeros en liberarse del significado religioso del bodegón estuvo Leonardo da Vinci, quien creó, alrededor de 1495, estudios de acuarela con frutas como parte de su incansable examen de la naturaleza y Alberto Durero de la flora y la fauna.




El siglo XVI asistió a una explosión de interés en el mundo natural y la creación de lujosas enciclopedias botánicas que documentaban los descubrimientos del Nuevo Mundo. También impulsó el comienzo de la ilustración científica  y la clasificación de las especies. Los objetos naturales comenzaron a apreciarse como elemento de estudio individual. La temprana ciencia a base de hierbas comenzó igualmente en esa época. Estos ejemplares sirvieron como modelo a los pintores que buscaban realismo y novedad. Empezaron a coleccioarse conchas, insectos, frutos exóticos y flores y la llegada del tulipán se plasmaba fielmente en aquellos bodegones.


Aunque la pintura del bodegón italiano estaba ganando en popularidad, fue, en general, menos respetada que aquella de gran estilo con temas históricos, religiosos y míticos. Muchos artistas italianos destacados en otros géneros produjeron algunos cuadros de bodegones. En particular Caravaggio fue uno de los primeros artistas que representó naturalezas muertas con conciencia de obra pictórica. Su Cesto con frutas (1595 - 1600) es uno de los primeros ejemplos de bodegón puro presentado con precisión y ubicado a la altura del ojo. Entre otros bodegones italianos, La cocina, de Bernardo Strozzi es una escena de cocina a la manera holandesa.


Este género fue muy cultivado en la pintura holandesa del siglo XVII. El bodegón se independizó en el nuevo clima artístico de los Países Bajos con el nombre de stilleven (naturaleza tranquila). Mientras que los artistas encontraban oportunidad limitada para producir la iconografía religiosa que durante mucho tiempo había sido su principal industria, la tradición septentrional de realismo detallado y símbolos ocultos atraían a las crecientes clases medias holandesas, que estaban reemplazando a la iglesia y el estado como los principales mecenas de arte de los Países Bajos.


La importancia que adquirió el bodegón en la España del siglo XVII solo ha empezado a ser reconocida en fechas recientes. La escasa representación de bodegones pintados por artistas españoles en las colecciones reales, y su reducida representación en los primeros momentos del Museo del Prado pudo ser un factor determinante en tal sentido. La revalorización comenzó en 1935 con la exposición Floreros y bodegones en la pintura española organizada por la Sociedad de Amigos del Arte.








Con el surgimiento de las academias europeas, especialmente la Academia francesa, que tuvo un papel central en el arte académico, el bodegón comenzó a decaer. Las academias establecían una jerarquía de los géneros, considerando que el mérito artístico se encontraba, sobre todo en el tema, siendo la pintura histórica (o de historia) la más importante de todas. 


Con el declive final de la jerarquía académica en Europa y el auge de los pintores imprersionistas y posimpresionistas, la técnica y armonía del color triunfaron sobre el temay el bodegón volvió a ser tratado y versionado según las nuevas corrientes pictóricas. En sus primeros bodegones Claude Monet muestra la influencia de FAntin-Latour, pero fue uno de los primeros que rompió con la tradición del fondo oscuro que Renoir también descarta en su Bodegón con ramo y abanico con su brillante fondo naranja. 


Las pinturas de girasoles de van Gogh son algunos de los bodegones del siglo XIX más conocidos. Van Gogh usa tonos amarillos y ocres y una represetación bastante plana para hacer una memorable contribución a la historia del género. Su Bodegón con tabla de dibujo (1889) es un retrato de su propia cotidianidad en forma de bodegón, representando objetos de su vida personal, incluyendo su pipa, comida, un libro y una carta de su hermano, sin su propia imagen presente. 


Las primeras cuatro décadas del siglo XX formaron un período excepcional de fermento y revolución artística. El siglo comenzó con varias tendencias, algunas de ellas marcadamente contradictorias dominando el panorama artístico. En 1901 Paul Gaugin pintó Bodegón con girasoles, su homenaje a Vincent van Gogh. El grupo conocido como los Nabis asumieron las teorías armónicas de Gaugin y añadieron elementos inspirados por los grabados japoneses a sus bodegones. 


Henri Matisse redujo la representación de objetos del bodegón a poco más que perfiles planos y marcados rellenados con colores brillantes. También simplificó la perspectiva e introdujo fondos multicolores. En algunos de sus bodegones, como Bodegón con berenjenas, los objetos apenas se destacan del fondo de la habitación. Otros exponentes del fauvismo, como Maurice de Vlaminck y André Derain exploraron el color puro y la abstracción en sus bodegones.










Paul Cézanne encontró en el bodegón el vehículo perfecto para su revolucionaria búsqueda de la organización espacial geométrica. Para Cézanne el bodegón fue un medio de alejar la pintura de su función ilustrativa, mostrando independientemente los elementos de color, forma y línea, un gran paso hacia el arte abstracto. Los experimentos de Cézanne influirían enormemente en el desarrollo del bodegón cubista de principios del siglo XX.


Al adopatar los cambiantes planos y ejes de Cézanne, los cubistas atenuaron la paleta de color de los fauvistas y en lugar de ello se centraron en deconstruir objetos en formas y planos puramente geometricos. Entre 1910 y 1920 los artistas cubistas como Pablo Picasso, Georges Bracque y Juan Gris pintaron muchas composiciones de bodegón, a menudo incluyendo instrumentos musicales, así como creando las primeras obras de collage cubista sintético, como en la obra de Picasso, Bodegón con silla de mimbre (1912). En estas obras los objetos del bodegón se superponen y entremezclan manteniendo a duras penas formas bidimensionales reconocibles, perdiendo la textura superficial individual y fuundiéndose con el fondo, alcanzando logros casi opuestos al bodegón tradicional. Fernand Léger introdujo en el bodegón el uso de abundante espacio en blanco y formas geométricas que se superponen, definidas con claridad, coloreadas para producir un efecto métrico. En las naturalezas muertas de Joan Miró, los objetos aparecen ligeros y flotando en un espacio bidimensional ligeramente sugerido, e incluso las montañas se dibujan  como simples líneas.


En México, comenzando a partir de los años 1930, Frida Khalo y otros artistas crearon sus propia forma de surrealismo, representando comidas nativas y motivos de cultura local en sus bodegones. A partir de esa época el expresionismo abstracto redujo el bodegón a crudas representaciones de forma y color, hasta que en la época de los cincuenta la abstracción total dominó el mundo del arte. Mucho arte pop (latas de sopas Cambell's de Andy Warhol) se basa en el bodegón, pero su verdadero tema es más a menudo la imagen modificada del producto comercial representado más que el objeto físico del bodegón.


El auge del fotorrealismo en los años setenta ramificó la representación ilusionística, al tiempo que conservaba algo del mensaje pop de la fusión de objeto, imagen y producto comercial. En las últimas tres décadas del siglo XX el bodegón se ha expandido más allá de los límites de un marco, con técnicas mixtas que emplean objetos reales, fotografía video y sonido. Las obras generadas por ordenador han expandido las técnicas disponibles a los artistas de bodegones. Con el uso de videcámaras, los creadores pueden incluso, incorporar el espectador a su obra.





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