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miércoles, 25 de abril de 2012

Frida Khalo


Pintora mexicana nacida el 6 de julio de 1907 en Ciudad de México, en el distrito de Coyoacán y fallecida en el mismo lugar, el 13 de julio de 1954. Considerada como una de las mejores pintoras de México de todos los tiempos, sus cuadros fueron adscritos al movimiento surrelaista, a pesar de que rechazara esta etiqueta. Casada con el muralista Diego Rivera, formaron una pareja de enorme fama en México, que compartió la casa natal de la artista, la llamada Casa Azul, donde fueron anfitriones de personajes tan importantes dentro del arte y de la política como Léon Trotsky o André Bretón, dicha casa se convirtió en el actual Museo Frida Khalo, cuatro años después de su muerte. 


Su arte, tan original como profundamente personal, no siguió más directriz que la de representar las experiencias de su propia existencia, afirmando su condición de mujer, su ideal comunista y su arraigo a la tierra mexicana, valiéndose para ello de innumerables símbolos que expresan tanto el erotismo, la desesperación, el amor y el sufrimiento. 

Su obra está diseminada por todo el mundo, algunas de las piezas en pinacotecas tan importantes como el Museo del Louvre, el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Centro Georges Pompidou de París, además de en el propio museo dedicado a la artista en Coyoacán.

Magdalena Carmen Frida Khalo Calderón nació el 7 de julio de 1907, el mismo año en que se produjo la Revolución Mexicana. Su padre, un fotógrafo de orígen judío-húngaro abandonó su tierra natal para probar fortuna en América. Amasó una pequeña fortuna  con la que pudo adquirir un terreno de 800 metros cuadrados en Coyoacán, antigua propiedad de los carmelitas. En ella construyó, en 1904, una casa que vería nacer a la pinora, un inmueble muy especial que incluía espacios al aire libre en su interior y que estaba pintada de color azul intenso.

Cuando aun era muy niña, en 1913, Frida enfermó de poliomelitis. Este sería el primero de los confinamientos forzosos que sufrió en su vida, que en este caso la mantuvo encerrada en casa durante nueve meses. Las secuelas hicieron mella en su cuerpo de niña: la pierna derecha adelgazó considerablemente y el pie derecho se quedó atrás en su crecimiento, motivo por el cual fue blanco de las burlas de sus compañeros de colegio. 







Su padre la inició en la fotografía y en la pintura. Tras obtener el certificado escolar, ingresó en la selectiva Escuela Nacional Preparatoria, donde los alumnos se preparaban para ingresar en una carrera superior, al modo de los colleges británicos. Frida fue una de las 35 alumnas de la escuela, frente a los  cerca de 2000 varones que estudiaban en el centro.


En la escuela había numerosas pandillas, cada una con distintos intereses y actividades, Frida pertenecía la los Caucachas, comprometidos con la literatura y el arte en general. Entre los integrantes del grupo se encontraba Alejandro Gómez Arias, su amor juvenil.


Los planes de futuro de la pareja incluían viajes, estudios y una vida en común dedicada al arte. Sin embargo, un terrible suceso cambiaría la vida de ambos, en 1925 Frida y Alejandro sufrieron un grave accidente de autobús que provocó la muerte de varios pasajeros. Frida sufrió grandes heridas, sobre todo una producida por una barra de hierro que le atravesó la cadera y la clavícula, varias costillas rotas y serios destrozos en el pie derecho. El accidente la obligó a pasar un mes en el hospital inmovilizada y tres meses guardando cama e hizo que le quedaran secuelas de por vida.


Hacia finales de 1927 Frida pudo finalmente llevar una vida relativamente normal y volvió a frecuentar a sus antiguos compañeros de escuela. Por aquellos tiempos un grupo de intelectuales de izquierda propugnaban una revolución cultural que buscara la igualdad social y la revalorización de la cultura autóctona mexicana y del arte popular. Frida Khalo se adhirió a este movimiento hacia 1928, y fue así como conoció a Diego Rivera, cuyas inclinaciones políticas y éxito como artista corría de boca en boca.


Frida Khalo decidió visitar a Diego Riveray se dirigió a la Secretaría de Educación Pública donde éste estaba pintando un mural, a fin de mostrarle algunas de sus obras. El artista quedó gratamente sorprendido, por lo que ella le pidió que fuera a su casa a ver el resto de su obra. De esa manera se inició una relación entre ambos que acabó en una profunda amistad y finalmente en matrimonio que resultó un verdadero escándalo para la sociedad mexicana, no solo por la diferencia de edad, sino por la fama de mujeriego del pintor y las reconocidas ideas comunistas de ambos.







Tras una temporada en un piso alquilado en el centro de la ciudad, la pareja marcó a Estados Unidos, donde Diego Rivera había recibido el encargo de pintar varios murales en San Francisco, Nueva York y Detroit. La estancia en esta última ciudad fue traumática para Frida Khalo, aburrida en una ciudad industrial sin ninguna vida, donde además, en 1930, sufrió un aborto que la sumió en una profunda depresión. En Nueva York, sin embargo, ambos fueron bien acogidos por el círculo de artistas, donde la artista se sentía más cómoda, aunque criticó, de igual manera, a la alta sociedad neoyorquina.


La pareja volvió a México en 1933, después de que las referencias, demasiado explícitas al comunismo de la obra de Diego Rivera terminaran por eximirle de sus contratos en territorio estadounidense. El pintor, fascinado por la tierra gringa, regresó a México de mala gana. Las infidelidades del artista fueron en aumento, hasta el punto de mantener una relación con la hermana de Frida, Cristina, lo que terminó con la ruptura de la pareja y el abandono de Frida, quien incluso consideró seriamente el divorcio.


Poco después viajarían juntos nuevamente a Nueva York. Frida comenzó a cultivar nuevas relaciones, aunque el paso del tiempo y la situación política la acercaran nuevamente a Diego Rivera, preocupados ambos por el estallido de la Guerra Civil Española. Ambos artistas realizaron una petición al entonces presidente Lázaro Cárdenas para que aprobara la solicitud de asilo realizada por Léon Trotsky quien había sido expulsado de Noruega. Fue así como lo acogieron en la Casa Azul.


Por otra parte, André Breton y su compañera Jacqueline Lamba, quienes se encontraban de viaje por México, también pasaron una larga temporada en la Casa Azul , donde mantuvieron largas conversaciones sobre política y arte, e incluso realizaron algún viaje a los lugares más destacados de la geografía mexicana.


En 1953 Frida Khalo realizó una primera exposición individual en la galería de Julian Levy en Nueva York. A partir de ese momento la artista tomó una mayor conciencia de su condición de artista y como tal comenzó a recorrer diversos lugares de América y Europa, debido a la falta de galerías en su país natal. Expuso en París, donde coincidió con algunos pintores surrealistas, e incluso el mismo Louvre se interesó por la artista, hasta el punto de comprar uno de sus cuadros, el Autorretrato The Frame (1938), la primera obra de un artista mexicano adquirida por dicho museo. Sin embargo, los problemas con su columna comenzaron a agravarse, lo que se sumó a las dificultades que atravesaba su matrimonio, las cuales culminaron con el divorcio de la pareja en 1939.







A pesar del divorcio y la separación la pareja continuó en contacto, y cuando Frida sufrió una recaída en sus afecciones que la llevaron a ser ingresada al hospital Saint Luke, Diego Rivera permaneció muy atento a su estado de salud. Así, el matrimonio que fuera roto hacia un año volvió a unirse el 8 de diciembre de 1940 y regresaron a instalarse en la Casa Azul, la cual ya nunca fue abandonada por Frida Khalo. El inmueble sería, además, el centro de reunión de numerosos intelectuales y artistas mexicanos y extranjeros, entre los cuales se contabanel fotógrafo Fritz Henle, Dolores del Río, María Félix y Chavela Vargas.


En 1943 fue nombrada profesora de pintura en la Escuela de Pintura y Escultura de La Esmeralda adonde acudía a dar clases a un reducido grupo de alumnos, sin embargo, al poco tiempo tuvo que abandonar tal actividad, debido a su agravamiento. Sus alumnos decidieron trasladarse a Coyoacán, a la Casa Azul para recibir allí sus lecciones.


La actividad de docente de la artista se vio interrumpida definitivamente por sus problemas de salud. Confinada a guardar cama, la artista no renunció a seguir pintando, y su labor fue reconocida con el Premio Nacional de Pintura otorgado por el Ministerio de Cultura mexicano. Por esta época reanudó su militancia política, aunque su salud empeoró de nuevo y tuvo que ser operada en siete ocasiones. 


Sus últimas apariciones públicas la mostraron agotada pero firme en sus convicciones. Su amiga, la fotógrafa Lola Álvarez Bravo, organizó, en la primavera de 1953 la primera exposición individual de la artista en México, a la que ésta acudió, trasladada en una ambulancia.


Los dolores en su pierna derecha eran ya insoportables, y los médicos se vieron en la obligación de amputarle dicha pierna. Una infección pulmonar se sumó a sus dolencias, aun así, sin el permiso de los médicos, tuvo fuerzas para asistir a una manifestación contra la intervención americana en Guatemala. Diez días más tarde fallecía en su casa natal. La autopsia decretó que fue una embolia pulmonar la causante de su muerte, aunque nunca se ha descartado que la artista decidiera acabar con su vida, harta de tanto sufrimiento. Tras la muerte de Diego Rivera en 1957 la Casa Azúl se convirtió en el Museo Frida Khalo.





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