sábado, 21 de julio de 2012

Visita al Museo Nacional de Bellas Artes


El Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) es un museo de arte argentino con sedes en la Ciudad de Buenos Aires  y en la ciudad de Neuquén (MNBA Neuquén). Este museo tiene el mayor patrimonio artístico del país y es uno de los principales en Latinoamérica.

El Museo Nacional de Bellas Artes fue inaugurado el 16 de julio de 1895 y su primera cede funcionó en las galerías del Bon Marché, en la actualidad Galerías Pacífico, un paseo elegante de compras. Abrió sus puertas al público el 25 de diciembre de 1896, bajo la dirección de Eduardo Schiaffino.

Desde ese momento el patrimonio del museo comenzó a aumentar de peso, tanto por las compras como por las donaciones. En 1909 el museo había duplicado su acervo por veinte, por lo que tuvo que ser mudado a un nuevo edificio. El edificio elegido fue el Pabellón Argentino, una estructura de hierro, alambre y vidrio construida en la Plaza San Martín para representar a la Argentina en la Exposición Universal de París (1889). EL MNBA funcionó en ese edificio hasta 1932, cuando comenzó a trasladarse a la llamada Casa de Bombas, su actual ubicación, cedido a la Comisión Nacional de Bellas Artes en 1931. Las reformas de este edificio fueron encargadas al arquitecto Alejandro Bustillo, quien proyectó salas espaciosas y bien iluminadas, y concibió un itinerario espacial ordenado con el menor cansancio de atención o movilidad del visitante, algo adoptado de los museos europeos. La fachada del edificio fue intensamente reformada, perdiendo su estilo italianizante original en pos del neoclásico, favorito de Bustillo y también visible en otras grandes obras suyas, como en el Banco Nación o Hotel Continental. Las ventanasfueron cegadas y la abundante ornamentación fue quitada, dejanndo el frente de la antigua Casa de Bombas casi liso, destacándose solamente las cuatro grandes columnas agregadas por Bustillo y una cornisa.




La mudanza a esta nueva sede comenzó en septiembre de 1932 y el museo fue reinaugurado  el 23 de mayo de 1933. A partir de ese momento la nueva sede edilicia del MNBA sufrió varias modificaciones, la primera reforma importante fue en 1960, cuando se construyó un pabellón para las muestras temporarias en el marco de la Exposición Nacional del Sesquicentenario. En 1980 se inauguró la sala más amplia del museo con 1536 metros cuadrados, que actualmente alberga la colección de Arte Argentino del siglo XX. En 1984 fueron concluidas las obras del segundo piso, que incluyen diferentes departamentos técnicos y administrativos, y las dos terrazas de esculturas.

Actualmente el museo cuenta con 34 salas de exhibición, 24 ubicadas en la planta baja (200 metros cuadrados), 8 en el primero (2.200 metros cuadrados) y 2 en el segundo piso (410 metros cuadrados). En la planta baja puede encontrarse una biblioteca especializada de arte, con un patrimonio de 150.000 volúmenes, mientras que en el primer piso fue construido un auditorio de 320 metros cuadrados, donde se realizan diferentes actividades artísticas.

El patrimonio del museo alcanza en la actualidad 12.713 obras (comprende pinturas, esculturas, tapices, grabados, dibujos y objetos), de las cuales se exhiben menos de 700. Además de los autores de las colecciones que se han donado al museo, se encuentran obras  de Rembrandt, Rubens, Degas, Renoir, Cézanne, Morandi, El Greco,, Rodin, Marc Chagall, entre otros genios mundialmente reconocidos del arte. Asimismo se encuentran obras de destacados pintores y escultores argentinos como Cándido López, Castagnino, Benito Quinquela Martín, Fernando Fader, Xul Solar,Emilio Pettoruti, Carlos Alonso, etc.




Los Museos están al servicio de la sociedad y de su desarrollo. Ellos adquieren, conservan y exponen (como en este caso) colecciones de arte, lo que les confiere un valor cultural enorme. 

La visita a un Museo se puede convertir en una verdadera aventura de conocimiento y aprendizaje. Es en sus paredes donde, admirando cuadros y/o esculturas, el visitante tiene no solo la posibilidad de admirar las obras de arte expuestas, sino también de acercarse un poco más a estos grandes genios del Arte Universal. 

Cada una de las salas del Museo Nacional de Bellas Artes está pintado de un color distinto, lo que le confiere un distintivo especial. Decidí comenzar mi recorrido por orden (es decir, desde el medioevo hacia adelante), allí me tropecé con varias esculturas y cuadros, generalmente de autores anónimos, que mostraban el mundo artístico de aquella época de manera excelente. Lentamente fui recorriendo las demás salas, tropezándome con cada paso, con infinitos tesoros artísticos: pinturas flamencas, holandesas y del renacimiento italiano (donde volví a encontrarme con Tiziano), esculturas y cuadros (entre los que encontré varios de Rubens), donados por familias de clase alta, cuadros de El Greco, Zurbarán y los inconfundibles y siempre especiales lienzos de otro grande de la pintura española: Francisco de Goya y Lucientes. A esta altura del recorrido la emoción era enorme: observar algunos de sus Caprichos (que fueron donados por el Museo del Prado), su Escena de Guerra (1808) o su Incendio de un hospital  (también de 1808), en detalle, fue, sinceramente, un encuentro único y maravilloso.




Pero la tarde y las sorpresas recién habían comenzado: caminando por aquellas salas tan bien iluminadas, me encontré no solo con Goya, Rubens y Tiziano, sino también con algunas esculturas de Rodin, como su famoso Beso, el cual estudié en detalle, aun quedaban otros emocionantes e inolvidables momentos para vivir. 

Uno de los movimientos pictóricos más admirados por mi persona es el Impresionismo. Fueron algunos de sus pintores (y sus cuadros)  los responsables, en cierta manera, (aunque no fueron los únicos), de mi verdadera pasión que siento actualmente por la pintura. Pasé y admiré los cuadros de la Escuela de Barbizon y...., de repente, me encontré con la impactante La ninfa sorprendida (tercera imagen) de Manet, que en realidad, observa muy tranquilamente al visitante..., a esta altura de los acontecimientos ya no estaba segura de donde me encontraba: ¿Acaso me encontraba en París, en el Museo d'Orsay?...,¿o en Buenos Aires?..., ¿era posible que estuviera frente a frente con mis tan admirados Impresionistas (y con Manet)?..., ¿o era un sueño?. Al pisar la sala de la pintura impresionista se me humedecieron los ojos y un frío intenso bajó por mi espalda... Allí se encontraban todos ellos: Monet con su Berge de la Seine, Pierre Auguste Renoir con su Retrato de Mujer, Camille Pissarro con su Prairis du Valhermeil, pres Pantoise y Vincent van Gogh con su Le Moulin de la Galette.., , y mientras observaba aquel cuadro pude escuchar en mi interior la melodía de Don McLean Stary Stary Night..., sin olvidarme de Paul Cézanne y, de algunas maravillosas pinturas de Joaquín Sorolla. ¿Con cual quedarme?..., todas ellas son preciosas: ¿Monet y su elegancia al pintar? ¿Sisley con su amor por el agua?... ¿o con la delicadeza con la que Renoir retrataba a las mujeres? ¿o con la sutiliza con que Degas pintaba a las bailarinas?..., ¿o con aquella luminosidad de Sorolla quizás?.., ¿o con la distinción con la que Manet nos entregó y mostró su Arte?... Difícil e imposible elección......

EL 12 de septiembre de 2004 fue inaugurada una sede del MNBA en la ciudad de Neuquén. El edificio fue diseñado por el arquitecto Mario Ávarez, posee una superficie de 2500 metros cuadrados. Al ser un edificio especialmente construido para albergar el museo está dotado de una amplia funcionalidad. El museo cuenta con cuatro salas, tres para albergar la muestra permanente de 215 obras, y la restante para las exhibiciones temporales. Además cuenta con un auditorio para 400 personas, utilizado para diversas actividades culturales. 

Fue, sin lugar a dudas, una tarde llena de intensas emociones. Y un paseo, un recorrido maravilloso por el mundo precioso del Arte Pictórico.




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