sábado, 14 de julio de 2012

El Arte de Tintoretto



Tintoretto, (Jacopo Comin, Venecia, 29 de septiembre de 1518 - Venecia, 31 de mayo de 1594), fue uno de los grandes pintores de la escuela veneciana y probablemente el último gran pintor del Renacimiento italiano. En su juventud también recibió el apodo de Jacopo robusti, pues su padre defendió las puertas de Padua frente a las tropas imperiales de una manera bastante vigorosa. 

Por su fenomenal energía a la hora de pintar fue apodado Il Furioso, y su dramático uso de la perspectiva y los especiales efectos de la luz hacen de el un precursor del arte barroco. Sus trabajos más famosos son una serie de pinturas sobre la vida de Jesús y la Virgen María en la Scuola Grande di San Rocco, en Venecia.

Nació en la por entonces República de Venecia en 1518, siendo el mayor de 21 hermanos, su padre Giovanni era tintorero, de allí su apodo Tintoretto. La familia era originaria de Brescia, una ciudad estado a unos 170 kilómetros de Venecia, aunque otros estudios indican que la familia procedía de Lucca.

En su infancia, Jacopo, un pintor innato, comenzó a pintajarrear sobre las paredes de la tintorería, por lo que su padre lo llevó al taller de Tiziano para que aprendiera a ser artista, alrededor de 1533, cuando Tiziano contaba con unos cincuenta y seis años de edad. Alumno, aunque por poco tiempo de Tiziano, aprendió de éste (a quien admiraba) el arte del color y de las sombras. No buscó otro maestro, sino que estudió por cuenta propia, vivió pobremente, coleccionando moldes y bajorrelieves para practicar con dicha ayuda.

Su noble concepción del arte y su alta ambición personal quedaron evidenciados en la inscripción que colocó por encima de su taller: El diseño de Miguel Ángel y el colorido de Tiziano. Sentía verdadera pasión por el efecto de las luces. Realizaba figuras de cera de sus modelos y experimentaba con ellas colocándolas en distintos ángulos para estudiar el efecto de la luz antes de pintarlos. Como resultados de dichas pruebas, algunas figuras aparecen en más de una de sus obras, pintadas con diferente iluminación.




Un documento de 1939 lo menciona como un pintor independiente. Frecuentaba la compañía del joven pintor Andrea Schiavone, a quien ayudó gratis a realizar sus pinturas murales, trabajando, en otras ocasiones sin retribución alguna, con lo que se aseguraba la obtención de encargos. Las dos pinturas murales más tempranas que se conocen del artista (y hechas sin retribución) parecen ser El festín de Belhazzar y Lucha de caballería. Lamentablemente estas obras han desaparecido. 

Una de las primeras obras de Tintoretto, se encuentra en la Iglesia del Carmen en Venecia: La presentación de Jesús en el Templo, mientras que en San Benedetto nos podemos encontrar con la Anunciación y Cristo con la mujer de Samaria. Se le atribuye también escenas mitológicas para los artesonados del techo del palacio veneciano de los Pisarni (1541). También realiza retratos de nobles burgueses venecianos, como, por ejemplo, el Retrato de un gentilhombre veneciano.


Para la Scuola della Trinità  pintó Historia del Génesis (1550 - 1552). Dos de los cuatro temas pintados, que actualmente se encuentran en la Galería de la Academia de Venecia son Adán y Eva y La muerte de Abel, de gran maestría. 


Tintoretto pintó para la Iglesia de Santa María del Huerto tres de sus obras destacadas: La adoración del becerro de oro, La presentación de la Virgen en el Templo y El juicio final, entre 1562 y 1564, hoy terriblemente repintadas.


Entre 1548 y 1563 pintó varios lienzos de gran tamaño con escenas de la vida de San Marcos. Con representaciones caracterizadas por una acción vehemente, desconocidas hasta entonces por la pintura veneciana. De 1548 es San Marcos liberando al esclavo, obra maestra innovadora. Fue muy celebrada, actualmente se la puede admirar en la Galería de la Academia de Venecia. 








Durante los años 1564 a 1588 realizó la decoración de la Escuela y la adyacente iglesia de San Roque, en la que se destaca La curación del paralítico (1559). Además pintó escenas de la vida de San Roque en el presbítero de dicha iglesia. 


Las primeras pinturas que realizó para la Escuela se encuentran en la pequeña Sala dell'Albergo, ellas son: pequeño Autorretrato (1573), Crucifixión (1565), Jesucristo ante Pilatos, La coronación de espinas y La ascención al calvario. En el techo del Salón Superior se destacan: La caída de maná, El milagro de la serpiente de bronce y Moisés saca agua de la roca. Sobre las paredes del Salón los frescos tratan escenas del Nuevo Testamento: San Roque, San Sebastián, La adoración de los pastores, El bautismo de Jesús, La Resurrección, La agonía en el Jardín, La Última Cena, La visión de San Roque, El milagro de los panes y los peces, La resurrección de Lázaro, entre otras, mientras sus pinturas tardías ocupan el Salón Inferior, junto a la entrada, todas ellas realizadas entre 1583 y 1587, ellas son: Anunciación, Asunción de la Virgen (lamentablemente desfigurada después de la restauración), La huída a Egipto, Santa María Magdalena, entre otras pinturas de igual importancia. 


Se considera que en torno a 1560 Tintoretto comenzó sus numerosas pinturas en el Palacio Ducal de Venecia, ejecutó un retrato del dogo, a la que le siguieron varias obras más como La excomunión de Federico Barbarroja por el papa Alejandro III y La Victoria de Lepanto, ambas destruidas por el gran incendio de 1577. Después del incendio , Tintoretto comenzó nuevamente a pintar, esta vez con la ayuda de Paolo Veronese. Sus obras han sido, en su mayor parte, lamentablemente retocadas en años posteriores, y algunos de los mejores monumentos a su poder pictórico han quedado degradadas a obras de menor importancia.


Las dos obras que culminan la carrera de Tintoretto fueron Paraíso y La última cena. El Paraíso ocupa la pared este de la Sala del Consejo Mayor en el Palacio Ducal. Es considerado el mayor cuadro del mundo sobre lienzo con sus 7,45 por 24,65 metros. Es una obra de tan vasta escala, tan colosal en la extensión de su poder, tan desconsiderada con los estándares ordinarios de concepción o modelo y una mano mágica para trabajar las formas y el color, que ha desafiado a los entendidos durante tres siglos. Pocos ojos supieron ver que era un trascendente monumento a las facultades humanas aplicadas al arte pictórico.


Después de esta obra, Tintoretto realizó sus últimos cuadros para la iglesia y monasterio de San Giorgo Maggiore: La última cena (1592-94), Recogida del maná (1594) y La deposición (1592-94). Una comparativa entre su obra La última cena con la de Leonardo da Vinci demuestra de que forma evolucionó el arte desde el Renacimiento. En la obra de Leonardo, los discípulos se sitúan alrededor de Jesús con una simetría casi matemática. En las manos de Tintoretto, la misma escena aparece dramáticamente distorcionada. La escena tiene lugar en una taberna sombría y popular, donde las aureolas de los santos aportan una luz extraña que subrayan detalles incongruentes.








Su estilo inicialmente siguió al de Tiziano. Evolucionó a partir de 1540, siendo de tendencia manierista más marcada que Tiziano y Veronés. Pinta con pasión , alcanzando en su plenitud su característica audacia, su uso dramático de la luz y sus enfáticos efectos de perspectiva, que hacen que parezca un artista barroco adelantada a su tiempo.


De MIguel Ángel toma las anatomías y las posturas difíciles, siendo este modelado del cuerpo una novedad en Venecia. sus efectos de perspectiva son enfáticas, las inserta en un marco muy característico de la escuela veneciana como son el color, el paisaje y la luz. Esta última cobra singular importancia en sus últimas obras.


Tuvo una enorme capacidad de trabajo. Ejecutaba las obras, una tras otra, con rapidez, pues tenía muchos encargos. Esta producción, de más de 300 obras, se explica, además, por la existencia de un taller. Se decía que había terminado en dos meses dos pinturashistóricas, con veinte figuras figuras, siete de las cuales eran retratos. Los venecianos sostenían que Tintoretto tenía tres pinceles: uno de oro, el segundo de plata, y el tercero de hierro.


Cultivó tanto el lienzo como el fresco. Los temas tratados fueron, especialmente, religiosos. Además realizó numerosos retratos de magistrados, funcionarios y hombres de letras. Finalmente, influyó en El Greco, quien, con toda seguridad, conoció sus obras durante su estancia en Venecia. Recién a partir del siglo XX se lo considera uno de los grandes maestros de la pintura universal.




























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