lunes, 5 de marzo de 2012

Diego Rivera

DIEGO RIVERA








Diego Rivera (Guanajuaco, 8 de diciembre de 1886 - Ciudad de México, 24 de noviembre de 1957) fue un destacado muralista mexicano, famoo por plasmar obras de alto contenido social en edificios públicos. Fue creador de diversos murales en distintos puntos del centro de México, así como en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo y en otras ciudades mexicanas como Cuernavaca y Acapulco, y algunas del extranjero como San Francisco, Detroit y Nueva York.


Diego María Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, mejor conocido como Diego Rivera, nació en la ciudad de Guanajuato el 8 de diciembre de 1886. El talento para la pintura fue desarrollándose en él a lo largo de sus años escolares. 

Cuando apenas contaba 10 años de edad, la familia de Diego se trasladó a la ciudad de México. Allí obtuvo una beca del gobierno para ingresar en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, en la que permaneció hasta su expulsión en 1902, por haber participado en las revueltas estudiantiles de ese año.

Las influencias que recibió en su estancia en la capital fueron variadas, y van desde la de su primer maestro, discípulo de Ingres, hasta las de José Guadalupe Posada, grabador, en cuyo taller trabajó y cuya influencia sería decisiva en su posterior desarrollo artístico.


Cinco años más tarde realizó su primera exposición, que fue un gran éxito entre el público, lo que le valió una beca del gobierno de Veracruz para proseguir su formación pictórica en España. Desde allí realizó diversos viajes por Francia, Bélgica, Holanda y Gran Bretaña, entre 1908 y 1910, hasta establecerse finalmente en París, en 1911. Durante el viaje fue influenciado por el pos impresionismo, principalmente por el arte de Paul Cézanne, lo que lo movió a experimentar con el cubismo y otros nuevos estilos, en cuyo lenguaje se desenvolvió con soltura, creando originales obras llenas de armonía.En el año 1910 exhibió cuarenta de sus obras en México con los que obtuvo una favorable acogida del público.




Siempre fue su ambición expresar de forma plástica los sucesos, ideas y esperanzas de la Revolución Mexicana. Para hallar un medio adecuado a esta expresión, comenzó a experimentar con la técnica del fresco. Esta técnica consiste en pintar directamente sobre la argamasa (formada por una mezcla de cal y arena) mojada para que el color penetre y al secarse lo fije. Nuevamente en Europa, Diego Rivera expuso en Madrid y en París. En 1920 visitó Italia para estudiar los frescos del Renacimiento que allí se conservan, e investigó la técnica mural  de Giotto, cuya influencia lo hizo apartarse del movimiento cubista, para indagar con mayor profundidad en las escenas sociales de su entorno. Antes de embarcarse Diego Rivera tenía en su cartera centenares de bocetos para ejecutarlos a su regreso.

De las experiencias reunidas en ese viaje dedujo un estilo narrativo, lineal y de color aplicado en tintas planas que utilizó a su regreso a México. En 1921, tras la elección de Álvaro Obregón como presidente. Una vez en su país, fundó junto con José Clemente Orozco y David Alfaro SIqueiros un movimiento pictórico al que se le dio el nombre de escuela mexicana de pintura. Trabajó por entonces en frescos para la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México y la Secretaría de Educación. A ese período pertenece una de sus grandes obras La Tierra fecunda, realizada para la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo. En 1929 contrae matrimonio con Frida Khalo.

Diego RIvera se interesó vivamente en la política y en sus composiciones murales, históricas o simbólicas, resuena la voz de la prédica social revolucionaria y de la resistencia a la opresión extranjera. Otro de los grandes murales que pueden apreciarse son los del Palacio de Cortés en Cuernavaca, y los del Palacio Nacional de México, por mencionar solo algunos.

Los murales que Diego Rivera pintó en México lo hicieron tan famoso que no solo se convirtió en el jefe de la escuela pictórica, sino también en líder político. Sus actividades en este último orden lo han hecho centro de no muy pocas polémicas y peripecias, como, por ejemplo, cuando se negó el Hotel del Prado, en la ciudad de México, a exhibir un gran fresco suyo en el que aparecían las palabras Dios no existe, que Diego Rivera, a su vez, se negaba dejar borrar, hasta que cedió al regresar, en 1956 de un viaje a Rusia. Fue miembro del Partido Comunista desde 1923 a 1930 y de 1954 hasta su muerte.




La expansión de su fama lo llevó, durante la década de 1930, a exponer su pintura en Nueva York, y recibió el encargo de realizar grandes murales en el Instituto de Arte de Detroit y en el Rockefeller Center de dicha ciudad, donde su fresco Hombre en la encrucijada recibió numerosas críticas por la semejanza de los rasgos de una de sus figuras con Lenín. El mural fue destruido por el centro y reemplazado por otro de Brangway, aunque Diego Rivera luego lo reprodujo para el Palacio de Bellas Artes de México. En sus numerosos encargos para decorar edificios públicos, utilizó el buon fresco, técnica que se puso de nuevo en boga al igual que el empleo de los antiguo s métodos encáusticos.

Desde finales de la década de 1930 se dedicó a la pintura paisajista y retratos. Desarrolló en sus últimas pinturas un estilo indigenista y social de gran atractivo popular. Su más ambicioso y gigantesco proyecto, un mural épico sobre la historia de México para el Palacio Nacional, quedó inconcluso a su muerte, ocurrida en la ciudad de México, el 25 de septiembre de 1957.

Diego Rivera, en forma simplificada y con vivos colores, rescató bellamente el pasado precolombino, al igual que los monumentos más significativos de la historia mexicana: la tierra, el campesino y el obrero, las costumbres y el carácter popular.

La aportación de su obra al arte mexicano moderno fue decisiva en murales y obras de caballete, fue un pintor revolucionario y buscaba llevar el arte al gran público, a la calle y a los edificios, manejando un lenguaje preciso y directo con un estilo realista, pleno de contenido social.

Paralelamente a su esfuerzo creador, Diego RIvera desplegó actividad docente en su país, y reunió una magnífica colección de arte popular mexicano. 





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