Vistas de página en total

miércoles, 9 de abril de 2014

Alberto Durero, pintor, grabador y matemático alemán del Renacimiento

Alberto Durero: Los Cuatro Libros de la Proporción Humana (1528)


Alberto Durero (Nurenberg, 21 de mayo de 1471 - Núrenberg, 6 de abril de 1528) es el artista más famoso del Renacimiento alemán, conocido en todo el mundo por sus pinturas, dibujos, grabados y escritos de arte. Ejerció una desiciva influencia en los artistas del siglo XVI, tanto alemanes como de los Países Bajos y llegó a ser admirado por maestros italianos como Rafael Sanzio, Sus grabados alcanzaron gran difusión e inspiraron a múltiples artistas posteriores, incluyendo los nazarenos del siglo XIX y los expresionistas alemanes de principios del siglo XX. 

Nació el 21 de mayo de 1471 en Núrenberg. Su padre, Alberto Durero el Viejo (1434 - 1522) era un orfebre húngaro que emigró a tierras germanas y el primer maestro de su hijo, De su primera formación el joven Durero heredó el legado del arte alemán del siglo XV, en el que estaba muy presente la pintura flamenca del gótico tardío. 

Para los artistas alemanes resultaba difícil conciliar su imaginación medieval con el énfasis que los artistas italianos ponían en la antigüedad clásica, los temas mitológicos y las figuras idealizadas. La tarea de Durero fue la de proveer a sus compatriotas de un modelo con el que pudieran combinar el interés empírico por los detalles naturalistas con los aspectos más teóricos del arte italiano. 

En su abundante correspondencia, especialmente en las cartas al humanista y amigo Willibald Pickheimer, así como en sus publicaciones, Durero hacía hincapié en que la geometría y las medidas eran la clave para el entendimiento del arte renacentista italiano, y a través de él, del arte italiano. 



Alberto Durero: Autorretrato (1493), Musée du Louvre, Paris

En la lista de amigos se encontraba el austríaco Johann Stabius, quien le proporcionó los conocimientos y detalles sobre la construcción de relojes solares. Entre las notas que dejó en su diario, cabe mencionar la descripción de una pesadilla que tuvo una noche de Pentecostés (1525), donde veía caer trombas de agua del cielo. Marguerite Yourcenar hizo un interesante análisis en su libro, El tiempo, gran escultor

Desde 1507 hasta su muerte tomó notas y realizó dibujos para su tratado más conocido, Cuatro libros sobre las proporciones humanas (1528). Sin embargo, otros artistas contemporáneos suyos pusieron más atención en sus grabados, tanto en planchas de cobre como xilografías, que en sus escritos dirigidos a orientarlos en la modernización de su arte con desnudos de corte clásico y temas idealizados, propios del Renacimiento italiano. 

Entre 1488 y 1493, el taller de Wolgemut se dedicó a la tarea de realizar numerosas xilografías para ilustrar la Crónica de Núrenberg (1493). Es probable que Durero recibiera una instrucción exhaustiva de como hacer los dibujos para la plancha de madera. Durante toda la etapa renacentista el sur de Alemania fue centro de muchas publicaciones y era común que los pintores estuvieran calificados para realizar xilografías y grabados para ellas. 

En Basilea y Estrasburgo realizó ilustraciones para varias publicaciones, entre ellas, La Nave de los Locos de Sebastian Brant (1494). Durante esta etapa, comprendida entre su aprendizaje y su regreso a Núrenberg, (1494) su arte refleja una enorme facilidad en el trazado del dibujo y una minuciosa observación del detalle. 




Después de casarse con Agnes Frey (1494) en Núrenberg, Alberto Durero viajó a Italia, donde realizó acuarelas de paisajes con gran minuciosidad de detalle. Durante los diez años siguientes en Núrenberg, produjo un gran número de grabados que le ayudaron a asentar su fama. Entre ellas se destaca la serie del Apocalipsis (1498), Baño de hombres, Sansón con el león, La gran fortuna (1501 - 1502) y La caída del hombre (1504). Estas y otras obras de este período muestran una maestría técnica cada vez mayor en el arte de la xilografía y del grabado, un manejo de proporciones humanas basados en los textos de Vitruvio y una brillante capacidad para incorporar detalles de la naturaleza en obras que reflejan el entorno con gran realismo. 

Entre 1505 y 1507 volvió a viajar a Italia. En Venecia conoció a Giovanni Bellini y a otros artistas, y la Fundación de Comerciantes Alemanes le encargó la realización del retablo La fiesta del Rosario (1506)
En 1507 regresó a Núrenberg, donde comenzó un segundo período de producción artística con obras como el retablo para la iglesia de los Dominicos de Fráncfort del Meno (destruido en un incendio en 1729), la tabla de la Adoración de la Trinidad (1508 - 1511, Museo de Historia del Arte, Viena), las tablas de Adán y Eva (1507, Museo del Prado), retratos y numerosos grabados entre los que se encuentran dos series de la Pasión, otra sobre la Vida de la Virgen, un Arco de Triunfo grabado en varias planchas de madera, encargo del emperador Maximiliano I y tres imágenes magistrales: El caballero, La muerte y El diablo (1513), San Jerónimo en su gabinete (1514) y La melancolía (1514). Mediante el grabado de línea Durero consiguió crear diferentes gamas de sombreado y textura, consiguiendo plasmar formas tridimensionales con una enorme maestría. 

En 1520 Durero se enteró de que Carlos I (sucesor de Maximiliano I) se trasladaría desde España a Arguisán para su coronación. El artista había recibido una pensión anual por parte del emperador Maximiliano. Se trasladó a Arguistán, y desde allí pasó a los Países Bajos. Su audiencia con Carlos I resultó sumamente satisfactoria. Regresó a Núerenberg, donde habría de permanecer hasta su muerte el 6 de abril de 1528. Su última obra fue los Cuatro Apóstoles (realizadas en dos grandes tablas) que aun se pueden admirar en la Alte Pinakothek de Múnich. 



Alberto Durero: Los cuatro apóstoles (1526), Alte Pinakothek, Múnich



El arte de Durero ha ejercido una influencia intensa y duradera en el arte occidental, fundamentalmente gracias a la masiva circulación de sus grabados, tanto originales como copias. En vida Durero disfrutó de una gran fama no solo en Europa Central, sino también en los Países Bajos, España e Italia y sus estampas fueron copiadas con frecuencia. 

La producción pictórica de Durero es más bien escasa debido en parte al tiempo que requería cada obra en diseño y ejecución. Además contó con ilustres clientes lo que le aseguró una estabilidad económica que le permitió concentrarse en los encargos más ambiciosos. Produjo y distribuyó sus grabados con una sagaz visión comercial. Diseñaba decenas de xilografías, mayormente de temas religiosos, que eran grabados en los tacos de madera por estalladores profesionales. Siglos más tarde, pintores como Zurbarán y Goya siguieron dilatando su influencia: el último cuadro conocido de Zurbarán, La Virgen con el niño y San Juanito (1662), se inspiró en el grabado de Durero, La Virgen y el mono (1498).

En todos sus trabajos teóricos, con el fin de comunicar sus teorías en el idioma alemán y no en latín, utilizó expresiones gráficas y usando la legua vernácula, el idioma comprensible para los artistas y artesanos.


  • Los cuatro libros sobre medición, instrucciones de medición con compás y regla: Esta obra está dividida en varios libros. El primero de ellos se centra en la geometría lineal. Las construcciones geométricas de Durero incluyen hélices, concoides y epicicloides. El segundo libro está dedicado a la construcción de polígonos regulares. El tercer libro trata de los principios de la geometría de la arquitectura, la ingeniería y la tipografía. En arquitectura cita a Vitruvio, aunque elabora sus propios diseños y columnas clásicas. El cuarto libro trata de las formas tridimensionales y la construcción de poliedos. También analiza un método (llamado construzione legittima) de representar un cubo en dos dimensiones a través de la perspectiva lineal. También muestra una variedad de mecanismos para el dibujo en perpectiva de los modelos  y proporciona ilustraciones de grabados de dichos métodos
  • Cuatro libros de la proporción humana: El primer libro muestra cinco tipos diferentes de figuras masculinas y femeninas, todas las partes del cuerpo expresan en fracciones de la altura total. Para ello se basó tanto en Vitruvio como en sus propias observaciones. El segundo libro incluye otros ocho tipos, fraccionados en el sistema albertiano. En el tercer libro nos muestra los principios por los que la figura se puede modificar (simulación matemática convexa, espejos cóncavos). También habla de la fisionomía humana. Finalmente el cuarto libro está dedicado a la teoría del movimiento. 

Ajeno al último libro es el ensayo autónomo en la estética (realizado entre 1512 y 1528), en donde habla de la llamada belleza ideal. Rechazó el concepto de belleza objetiva de Alberti, que propone una idea relativista de la belleza basada en la variedad. Aun así sigue creyendo que la verdad se oculta dentro de la naturaleza, sin que existieran reglas que ordenaran la belleza, aun encontrando difícil de definir los criterios de dicho código. También desarrolló la comprensión de la creatividad humana espontánea o inspirada en un concepto de síntesis interna selectiva. Su afirmación Un hombre puede dibujar algo con su pluma en medio de una hoja de papel en un día, o se puede cortar en un pequeño trozo de madera con su pequeño hierro y resulta ser mejor y más artístico que el trabajo de otro en el que su autor trabaja con la mayor diligencia durante todo un año, sintetiza a la perfección su creecia en tal sentido. 


Alberto Durero: Cabeza de un anciano (1521)

No hay comentarios:

Publicar un comentario