jueves, 1 de noviembre de 2012

Paul Klee



Paul Klee (18 de diciembre de 1879 - 29 de junio de 1940) nació en Münchenbuchsee, cerca de Berna, Suiza, considerándolo un pintor helvético-alemán. Su estilo muy personal fue influenciado tanto por el expresionismo, el cubismo y el surrealismo. Fue un dibujante natural que experimentó con el tiempo a dominar la teoría del color. Sus escritos  y conferencias sobre la Forma y la Teoría del Diseño publicado en inglés con el nombre de Los Cuadernos de Paul Klee se consideran tan importantes para el arte moderno que se las compara con la importancia en el Renacimiento del Tratado de Pintura de Leonardo da Vinci. 

Paul Klee nació en el seno de una familia de músicos y recibe, desde 1882, las primeras enseñanzas de dibujo de parte de su abuela, paralelamente estudia música (estudio iniciado en 1886), realizando dibujos y caricaturas, sin descuidar el ejercicio cotidiano de la escritura poética. Durante su estudio escolar toma clases de violín con el maestro Karl Jahn. En los mismos años dibuja en varios cuadernos copias de ilustraciones de revistas y calendarios de la época, en la última etapa del instituto realiza, entre otras cosas, una serie de dibujos en los que describe el ambiente en el que vive. 

Paul Klee vacila a la hora de elegir el camino a seguir entre la poesía, la música y el dibujo/pintura. Ha compuesto poesías y relatos inéditos que indican su talento y ha entrado en la Orquesta Sinfónica de Berna como violinista. Finalmente, y consciente de lo limitado de su formación pictórica, decide matricularse en la Academia de Bellas Artes de Múnich, rica en actividad cultural.

Al no ser admitido en la Academia de Bellas Artes de Múnich, se inscribe en la Escuela Privada de Dibujo de Heinrich Knirr, en donde el joven se ejercita por espacio de tres años, dejando una serie de dibujos y ejercicios poco originales. Junto a ellos, un conjunto de dibujos humorísticos y bocetos realizados fuera del medio académico, aunque poco numeroso, se diferencian por su originalidad y fuerza inventiva. A esta producción se debe la búsqueda de un estilo más personal, centrado en el trazo y en el dibujo.

El primer encargo realizado por el artista es un gran biombo pintado, compuesto por cinco paneles que representan el paisaje en torno a Berna, pedido por una amiga de su madre. Entre 1899 y 1900 realiza una serie de dibujos caracterizados por un sombreado breve y entrecruzado, en el cual la oposición cromática entre negro y blanco no admite tonos intermedios. El encuentro con Von Stuck, fundador de la primera Secessión de Múnich, además de profesor y pintor muy bien considerado en el medio artístico, produce efectos contradictorios en la personalidad de Paul Klee, aceptando el consejo de realizar un viaje a Italia, en compañía de Heinrich Haller, amigo personal y compañero de estudio. Allí visita ciudades como Livorno, Pisa, Florencia, Nápoles, Milán, Génova y Roma, donde tiene la ocasión de ver por primera vez una exposición de acuarelas y dibujo del Auguste Rodin, cuyo arte monumental admira. Del arte renacentista a la escultura paleocristiana, de las colecciones de obras alemanas al arte florentino cuatrocentista de Botticelli y Donatello, a la luminosidad y color italianos, Paul Klee se siente embrujado y de mala gana abandona Italia. El viaje cierra el período de su formación académica.




Su verdadera obra de debut es emplazada en el verano de 1903 y finalizada en la primavera de 1905. Se titula Opus I y consiste en un conjunto de quince grabados (invenciones), cada uno de los cuales lleva un título didáctico y descriptivo. Son fruto de una constante e insistente vuelta, con intervenciones sucesivas a la realización: retoques, replanteamientos y modificaciones acompañan la génesis de estos grabados, que mezclan formas de la realidad con un imaginario tan fantástico y personal que revela un gusto por la deformación y lo grotesco. Los viajes y los estudios lo llevan a encuentros importantes: los impresionistas, los grabados de Aubrey Beardsley, William Blake y Francisco de Goya, sobre todo los Desastres de la Guerra y los Caprichos que estudió en el Gabinete de Estampas en Múnich.

El artista aborda nuevas técnicas, como la pintura sobre vidrio, y, tras numerosas tentativas y errores, puede permitirse renovar la técnica misma del grabado, hasta entonces cultivada con medios tradicionales, dedicádose a esta práctica artística por el espacio de aproximadamente un año. Las acuarelas sobre vidrio tienen como tema la infancia, la locura, los hechos del presente, y se ofrecen al público lector de las publicaciones ilustradas humorísticas de la ciudad de Berna.

El año 1911 es para el artista el de la apertura del mundo de las vanguardias y de los contactos, el fin de su aislamiento,  las pocas exposiciones individuales no hallan un gran éxito de crítica. En enero Kubin visita su estudio, incitándolo a continuar con el proyecto de ilustración de Cándido (Voltaire). Con Kubin y Schiele funda el grupo Serma, formado por jóvenes pintores y escultores.

En septiembre, por mediación del pintor Louis Moilliet Klee conoce a August Macke, y unos meses después se reencuentra con Wassily Kandinsky. Este y otros pintores  han fundado recientemente la Nueva Asociación Artística Muniquense, cuya meta es reunir, en torno a un grupo bien estructurado y capaz de proporcionarse mutuo apoyo y ayuda, a todos los artistas jóvenes que trabajan en Múnich. A ellos se sumarán otros, entre ellos Franz Marc, que en esos años trabaja con Kandinsky en la revista titulada Der Blaue Reiter (El Jinete Azul). 

La primera muestra de los redactores de El Jinete Azul  se celebra en la galería de Tannhauser. Paul Klee, aunque no expone cuadros suyos, hace una recesión entusiasta en la revista mensual suiza Die Alpen (Los Alpes), elogiando el primitivismo, la naiveté y la inocencia de un arte que se funda en los impulsos infantiles del alma humana como base de una práctica artística que pretendía reformar el arte moderno. El grupo El Jinete Azul se forma, en lo esencial, en torno a las ideas y al proyecto de Kandinsky, que se recogen en su texto titulado Lo espiritual en el arte, y aspira a un cambio de arte en el sentido de una expresión pura y espiritualista, Klee se adhiere a él con entusiasmo. 





En su breve estancia en París tiene ocasión de conocer de cerca la producción de los artistas de vanguardia más importantes, de Bracque a Picasso, de Vlaminck a Derain, de Rousseau a Delaunay. En especial los experimentos de este último con el color y la luz impresionan mucho a los amigos del Jinete Azul y al propio Paul Klee, quien traduce, en 1913, el texto de Derain titulado Sobre la luz, para la revista Der Sturm (La tormenta), editada por Herwarth Walden, dueño también de una galería en la que a partir de 1916 se venderán muchas obras de Klee. Delaunay atrae al joven sobre todo por su oposición al geometrismo del cubismo analítico, por su libertad formal que brota del color, por su capacidad de llegar a resultados en los cuales todo es simultáneo en un ligero torbellino cromático.

En los años siguientes comienza a catalogar sus cuadros, dibujos, grabados y bocetos, en una especie de extenso y detallado inventario de toda su actividad artística, incluyendo los dibujos de la época infantil. 

En 1913, Kandinsky, Marc, Kubin, Kokoschka y el propio Klee toman la decisión de dar inicio a un proyecto ambicioso y nunca concluido: la ilustración de la Biblia, seguido de otro proyecto que no llega a realizarse, los decorados y vestuarios para la tragedia de Eurípides, Las Bacantes. Estas tentativas, de las cuales han quedado bocetos, son reveladoras de como el grupo de artistas reunidos en torno al Jinete Azul aspira a un arte universal, lo más próximo posible a los grandes temas colectivos. A ello se añade la compenetración, cada vez más marcada, de música, literatura y pintura, ya que ésta es considerada por Klee como una auténtica convención formal cercana a la música, lenguaje de canto y al propio tiempo pura evocación. 

Se reconoce históricamente la importancia del viaje de dos semanas a Túnez que emprende en abril de 1914, en compañía de sus amigos Louis Moilliet y August Macke. Klee es el único que redacta un diario durante esas semanas, en sus páginas desarrolla extensamente unas reflexiones que hacen pensar que se trata de un momento de renovación de su estilo y de su paleta. El viaje, aplazado varias veces, era muy deseado por Klee desde hace mucho tiempo. Convence a los do artistas que lo acompañen, después de vender algunos cuadros a un farmacéutico suizo para conseguir el dinero necesario. Durante los viajes y las paradas se muestra interesado en reforzar el aspecto cromático de sus obras, conquistado por la luz y el color del Magreb. Entre el color y la luz de Delaunay y la organización casi geométrica, rítmica, marcada por grandes taches en la composición, que recuerdan lejanamente las enseñanzas de Cézanne, y más cercanas las de los cubistas, estas acuarelas marcan un momento de transición a un estilo propio, personal. 

El primero en volver a Europa es Paul Klee, que el 19 de abril se embarca rumbo a Nápoles, el 22 está en Berna y tres días después en Munich. Allí sigue trabajando, a pesar de que la Primera Guerra Mundial está a las puertas. Los cuadros y acuarelas realizados en los meses posteriores al viaje tunesino acusan la experiencia. Los cuadrados, alternativamente pequeños y grandes, forman yuxtapuestos la acuarela titulada En el estilo de Kairuán , traspuesto a lo modelado. Lo que más a impresionado al artista además es la arquitectura, los motivos ornamentales de las construcciones medio orientales, por ejemplo, las casas blancas, construidas a modo de paralelepópedos iguales, sugieren al pintor enfoques compositivos y al mismo tiempo le hacen pensar en paisajes de hipotética tradición bíblica. 




Algunas acuarelas del viaje a Túnez son expuestas ese mismo año en el Primer Salón de la Secessión en Múnich, aunque la Guerra está a punto de comenzar: a los tres meses de su regreso, Alemania invade Francia y declara la Guerra a Rusia. Durante los primeros años de la contienda, Klee trabaja intensa y provechosamente, La experimentación con materiales y técnicas está para el artista a la orden del día. El dibujo y el óleo, la acuarela y el pastel son aplicadas a los soportes más dispares, desde el cartón a la madera, desde el lino al lienzo, preparados con estuco. Justo después de estallar las hostilidades pinta el óleo titulado El tapiz del recuerdo, una composición hecha sobre una tela de muselina, con fondo de tiza color ocre. 

El año 1915 está marcado por la imposibilidad de tener contacto con quienes hasta el momento habían demostrado ser capaces de influir en su práctica artística: Picasso y Delaunay han quedado detrás de las fronteras francesas, Kandinsky es obligado a regresar a Rusia tras abandonar Múnich y Alemania. El artista es "salvado" de las trincheras por el rey de Bavaria, pues como ya habían muerto en el frente de batalla varios pintores, decidió no mandar al frente a ningún otro artista de Múnich. Los encargos que recibe le permiten seguir dibujando y pintando, además de exponer e incluso vender algunas pocas obras. Son los años en que, estilísticamente se acerca a los pictogramas chinos y a los ideogramas, de los cuales surge la serie de los llamados cuadros-poema.

El artista tiene la oportunidad, durante los años de la guerra, de escribir un texto,  posteriormente considerado su "credo", una especie de reflexión personal y manifiesto artístico: Confesión creadora será publicada en 1920. El texto aborda los problemas ligados al lábil e incierto confín entre realidad visible, percepción y fantasía creadora. El plano, el signo, el espacio y la línea son los elementos de los que dispone  el artista para traducir al lenguaje gráfico las sensaciones físicas y psíquicas del hombre.

El éxito económico de Klee es tan grande en esa época que le impulsa a firmar, el 21 de octubre de 1919 un contrato de tres años, extendido hasta 1935, con el marchante Hans Golz, que organizará una exposición amplia universal del artista con 326 obras de 1920. A esta exposición seguirán otras en toda Alemania (Francfurt, Múnich y Hannover). 

De regreso en Suiza, en 1920, inicia la colaboración con Curt Corrinth para el volumen Potsdammerplatz, para el cual realiza diez litografías, y la ilustración de Cándido, compuesta por veintiséis reproducciones. Entretanto recibe un telegrama firmado por Walter Gropius, Lyonel Feininger, Gerhardt Marcks, George Muche y otros miembros de la Bauhaus de Weimar, que proponen al artista ocupar una cátedra para la enseñanza del dibujo en su escuela. 




La institución había sido fundada en abril de 1918 y estaba dirigida por el arquitecto Walter Gropius. Una de las ideas básicas de la nueva escuela, aparte del objetivo de la creación de una auténtica comunidad, es la fusión de las artes, con la mira en un ideal de arte total, capaz de unificar las disciplinas de la expresión humana y artística, desde la pintura hasta la escultura, desde la arquitectura hasta la música y hasta la artesanía favoreciendo una colaboración más estrecha entre la industria y la producción artística. Las bases didácticas del arte son tanto más necesarias, cuanto mayor es la identificación entre arte y práctica artesanal. En los laboratorios (que se ocupan de las disciplinas más diversas como tipografía, trabajo en metal, cerámica, teatro, escultura, artesanía textil, pintura sobre vidrio, encuadernación y pintura mural), la subdivisión se establece entre maestros de la forma (Paul Klee es uno de ellos), maestros, artesanos, aprendices y operarios. Estos son también los grados en los que se divide la trayectoria de un alumno de la institución hasta que concluye su ciclo de estudio. 

Paul Klee ocupa en principio el cargo de maestro de Encuadernación, luego, desde 1922, es maestro de pintura sobre vidrio y pintura mural y de teoría del color junto con Kandinsky. Pronto la actividad docente de Klee se diferencia de la de los demás profesores, sobre todo a causa de su recelo hacia el hecho de transmitir a los alumnos una dirección estilística y unas indicaciones formales vinculantes. Las clases de Klee son muy apreciadas por los alumnos, que admiran su capacidad práctica para unir la poesía de la representación artística y la necesidad de una estructura formativa lo más científica posible, ligada al estudio de la naturaleza  y sus leyes.

En diciembre de 1924 la Bauhaus es clausurada a causa de la hostilidad del ayuntamiento de Weimar y trasladada a Dresde, ciudad en la cual se construye un edificio para albergar la nueva sede. Klee, que entretanto ha celebrado su primera exposición individual en Nueva York, en enero de 1925 marcha a Dessau. En esta época alfred Flechtenheim sucede a Goltz como su marchante, y Otto Ralfs funda la Klee-Gesellschaft (Asociación Paul Klee), que garantizará al artista unos ingresos mensuales hasta 1933, gracias a una red de socios que comprarán de manera constante sus obras a precios competitivos.

La utilización en clave experimental de algunos instrumentos (el compás, usado sin mina para grabar en los soportes los arcos de círculo y las curvas, un rociador que marca los contornos de los planos pictóricos, la transposición de un denso entramado cruzado también a la acuarela) y el interés cada vez mayor por la naturaleza confieren a Klee un creciente prestigio. El enésimo viaje a Italia, emprendido en enero de 1926, le permite visitar Florencia y sus museos, así como la isla de Elba, Pisa y Rávena, con sus tesoros de mosaicos bizantinos, semejantes a tejidos que influirán en su arte.

Los desacuerdos con la dirección de la Bauhaus se acentúan. Klee falta repetidas veces a sus clases, está a menudo en Suiza y Francia y le resulta difícil compatibilizar la enseñanza y la cotidiana actividad artística. Las discusiones aumentan hasta el punto de inducir a Klee a buscar otras academias dispuestas a contratarlo. Finalmente en 1930 acepta un puesto de profesor en la Academia de Dusseldorf.




En Dusseldorf los alumnos son solo cuatro. La actividad didáctica abruma menos a Klee, que puede dedicar más tiempo a la producción artística, pintando, por ejemplo, cuadros de dimensiones más grandes que los anteriores: Ad Parnassum (1932) es el título de un óleo que comprendía algunas técnicas y modos compositivos experimentados de manera más o menos sistemática hasta entonces: un gran mosaico surcado de líneas, una apretada retícula que encierra en su interior una miríada de puntos blancos. Se alude al Parnaso, patria ideal de los poetas, sobre el cual se cierne un sol de un anaranjado intenso. Las presiones oficiales que sufren los artistas modernos son repetidas y continuas. La casa de Klee en Dessau es requisada en marzo de 1933 y el artista es despedido sin causa aparente de la Academia de Dusseldorf. 

Tras un viaje a Francia, antes de la navidad de 1933, decide regresar a Suiza, a Berna, a la ciudad de su infancia. El catálogo de sus obras alcanza el número 482 con el cuadro Tachado de la lista: una cruz negra en su autorretrato, con los ojos y boca cerrados, expresa toda la angustia y la rabia que los colores pardos y oscuros amplifican. La misma tristeza es visible en otros cuadros de la época, en los cuales las líneas fragmentadas y de colores negro o rojo sangre marcan rostros de niños y mujeres, estilizados ante fondos pardos, marrones oscuros. 

En 1934 se había celebrado la primera gran exposición de Paul Klee en Inglaterra, en la Mayor Gallery de Londres. Celebrado en todo el mundo con exposiciones y homenajes que tienen lugar  en Francia, Bélgica, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania (antes de la época del nazismo) y en Suiza, el artista sigue trabajando sin cesar. El 23 de febrero se le organiza en Berna una importante muestra, pero su estado de ánimo no es bueno. Se le diagnostica en principio sarampión, es, en realidad, aquejado de esclerodemia progresiva, causa de la desecación y caída de la epidermis, que lo llevaría a la muerte luego de cinco años de grandes sufrimientos. 

De la época marcada por la enfermedad es quizás 1936 el año en el que realiza menos cantidad de obras. Pasa temporadas en Tarasp y Montana para recibir tratamiento médico y ejecuta solo 25 obras. A pesar del progreso de la enfermedad, que le impedirá también poder tocar el violín, en 1937 prosigue incesantemente con su actividad artística. La idea de la muerte obsesiona al artista, como se evidencia en su producción con una pintura más íntima, donde los signos y jeroglíficos de un lenguaje interior aluden ahora claramente a realidades reconocibles, sumergiéndose en soluciones cromáticas menos fragmentadas, más unitarias y sintéticas.

En 1937 se inaugura en Múnich la muestra itinerante titulada "Arte Degenerado", donde se recogen las obras de todos los artistas que el régimen nazi consideraba como enfermos mentales. En ella está representada buena parte de la vanguardia europea, y entre las obras figuran 17 cuadros de Paul Klee. El gobierno alemán ordena, entretanto, retirar todas sus obras de los museos alemanes. Rodeado de la solidaridad de muchos artistas, entre ellos Picasso y Bracque que lo visitan en Berna durante ese año, vuelve nuevamente a sus experimentaciones. Por ejemplo, realiza obras con la técnica de los colores disueltos en agua de cola, es decir, colores mezclados a base de caseína, huevo u óleo, aplicados sobre hojas de periódico, telas de todo tipo y cartones, de los que se suelen utilizar para embalaje. Solo en 1939 realiza un total de 1200 dibujos. En 1940 la ciudad de Zurich homenajea al artista con una exposición de más de 213 obras de sus últimos cinco años. trasladado al sanatorio de Orselina-Locarno, y luego a la clínica Sant'Agnese de Locarno-Muralto, Paul Klee muuere el 29 de junio de 1940.







2 comentarios:

  1. Es una muy buena síntesis sobre la obra y biografia de un gran pintor y creador artístic como paul Klee. Mi felicitacions al autor(es) y al equipo e inversores de Mundo Pictórico. Y gràcias.

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