jueves, 31 de mayo de 2012

Berthe Morisot



Berthe Morisot, una de las pintoras impresionistas más conocidas participó en casi todas las exposiciones del grupo, mostrando una extraordinaria personalidad. De hecho, cuando el crítico de arte Paul Mantz vio su obra en la cuarta Exposición Impresionista en 1877 se refirió a ella como la única impresionista del grupo. Sus esfuerzos por plasmar las sensaciones de visión mediante una taquigrafía visual de pinceladas quebradas la colocaron en la vanguardia de su época. Su pintura, muy ligada a su propia vida y a la de las personas que la rodeaban, muestra su entorno tal y como ella lo veía, con una gran naturalidad y sensibilidad. Tras su fallecimiento, la mayor parte de su extensa obra quedó en manos de su familia y solo a partir de estas dos últimas décadas su obra ha empezado a recibir el reconocimiento que se merece. 

Berthe Marie Pauline Morisot nació el 14 de enero de 1841 en la ciudad de Bourges, en el seno de una familia burguesa de clase alta. Dada la categoría social de su familia, Berthe y su hermada Edma recibieron la educación que se consideraba propia para una mujer, aprendiendo música y pintura. Las dos hermanas se formaron al principio como aficionadas, bajo las tutelas de pintores como Geoffrey-Alphonse Chocarne y Joseph Benoît Guichard y pulieron su técnica como copistas en el Museo del Louvre, fue allí donde conoció a Henri Fantine-Latour. 

A la edad de 20 años, Berthe conoció a Camille Corot, importante paisajista de la Escuela de Barbizon. Éste la admitió como su discípula y la introdujo en los círculos artísticos. 

Berthe Morisot decidió ser una artista a pesar de su condición de gran dama, de mujer burguesa, urbana e interesada por la moda y la activa vida cultural de la época, traspasando las normas de la época que dictaban que las mujeres de su clase social debían aprender a pintar como un pasatiempos refinado, de acuerdo con el Museo Nacional de las Mujeres en el Arte que patrocinó una importante exhibición dedicada a esta artista en 2005. Aun cuando la mayoría de las mujeres casadas de ese tiempo se dedicaban por entero a la vida familiar, Berthe Morisot jamás dejó de lado su arte como lo hizo su hermana Edma al casarse, sino que fue siempre una activa participante en uno de los períodos artísticos más famosos de la historia. 




Pronto adquiriría la técnica impresionista de pintar al aire libre, donde creaba pequeños cuadros y esbozos para grandes obras que terminaba en el estudio. Su primera participación en el Salón de París fue en 1864 con dos paisajes y continuó exhibiendo continuamente en el Salón hasta 1874, año de la primera exposición impresionista en la que participó con La cuna.

En 1868 conoció a Edouard Manet y en 1874se casó con Eugène Manet, su hermano menor. Ella fue la que convenció al maestro de pintar al aire libre y lo atrajo al grupo de pintores conocidos posteriormente como impresionistas. Manet, sin embargo, nunca se consideró como impresionista, ni estuvo de acuerdo con exhibir junto al grupo.

Berthe Morisot, junto a Camille Pissarro, fueron los dos únicos pintores que tuvieron cuadros en todas las exposiciones impresionistas originales. Asimismo, Berthe fue la modelo de Manet tanto en diversos e importantes retratos como en su obra de gran formato, El Balcón, donde el pintor francés da cuenta de su admiración por la obra de Goya tratando el mismo tema de su Maja en el balcón, obra menos conocida en España, pues se encuentra en una colección privada suiza.








Al igual que Eva Gonzáles, Mary Cassat o Marie Bracquemond, Berthe Morisot fue relegada a la categoría de artista femenina por su temática de la vida cotidiana (mujeres, niños y  escenas domésticas). Sin embargo, como mandaba la doctrina impresionista, Morisot pintaba la inmediatez, lo que veía en su vida normal. Como una mujer de la alta burguesía estaba habituada a escenas domésticas, deportes campestres y un amplio círculo de mujeres y de niños, ya que el círculo masculino les estaba vedado.


Sin excepción sus cuadros muestran unos temas equivalentes al de sus colegas masculinos. Edgar Degas, también de clase burguesa, pintaba ensayos de ballet, carreras de caballos, desnudos femeninos y a la propia Berthe durante su etapa de formación, pasada como copista de los grandes maestros en el Louvre. Las mujeres impresionistas pintaban su entorno social bajo el enfoque impresionista. A pesar de esto, la figura de Berthe Morisot, junto a las de otras maestras de la pintura, quedó ensombrecida por el conjunto del movimiento y en especial de los pintores masculinos. La técnica que utiliza Berthe morisot se basa en un tratamiento de pinceladas suaves desde un principio hasta que evolucione a un impresionismo más expresado en la pincelada (a partir de 1874), cuando el tratamiento más libre de las pinceladas rápidas y planas y la atmósfera más tratada con el color permiten reflejar una estética más de índole impresionista. 


A partir de 1880 la influencia de Renoir se refleja en su obra. La frescura luminosa de su paleta, la factura libre y vigorosa, así como la atmósfera poética de sus lienzos son reconocidos y admirados. En 1892 la galería Boussod-Valadon le dedica una exposición que tuvo un gran éxito.


La vida de Berthe Morisot se vio ensombrecida por la muerte de Édouard Manet en 1883, la de su esposo Eugène Manet en 1892 y la de su hermana. Educó sola a su hija, Julie Manet (pintora y coleccionista de arte francesa) con quien mantuvo siempre lazos bien fuertes. Al morir a los cincuenta y cuatro años, confió su hija a sus amigos Edgar Degas y Stéphane Mallarmé. Berthe Morisot murió el 2 de marzo de 1895 en París. En la actualidad, sus pinturas pueden alcanzar cifras de más de 4 millones de dólares.







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